La hemofilia es un trastorno de coagulación en la sangre, además de ser una enfermedad hereditaria transmitida de la madre a sus hijos varones, que son los que padecen la enfermedad, mientras que las mujeres se convierten sólo en portadoras.

 

En el marco del Día Mundial de la Hemofilia, que se celebra este 17 de abril, especialistas hematólogos informaron que la hemofilia del tipo A se encuentra presente en 1 de cada 30 mil recién nacidos vivos varones, mientras que la Hemofilia tipo B, en 1 de cada 50 mil recién nacidos vivos varones. 

 

Este padecimiento se caracteriza por una disminución de ciertos factores importantes para la coagulación de la sangre, que le confiere un riesgo de sangrado mucho más alto que lo habitual y puede poner en riesgo la vida de la persona.

 

Existen tres grados de la enfermedad: en la severa por lo menos se sangra una vez a la semana; en la moderada el sangrado se da al menos una vez al mes; y en la leve prácticamente se tiene una vida normal, salvo al ser sometidos a una cirugía por más pequeña que sea, porque existe el riesgo de fallecer. 

 

 

 

 

El tratamiento de la enfermedad es interdisciplinario, y participan psiquiatras, psicólogos, oftalmólogos, ortopedistas y sobre todo rehabilitación, debido a que cuando se presentan sangrados en articulaciones quedan secuelas.

 

La Secretaría de Salud informó que el Hospital Infantil del Estado de Sonora (HIES) cuenta con una clínica especializada para atender a estos pacientes y sobre todo, se capacita a sus familiares sobre los cuidados y la aplicación del tratamiento en sus hogares.

 

Aquí, al paciente se le administra el medicamento que requiere, de acuerdo con el tipo de hemofilia que padece, además recibe el tratamiento indispensable para evitar que presente sangrados.

 

Los especialistas hematólogos señalaron que si un niño con el padecimiento no recibe tratamiento sufrirá daños en sus articulaciones, lo que puede provocar el desarrollo de una discapacidad física grave a futuro, que compromete su vida diaria.