Por primera vez en la historia de la medicina en Campeche, se llevó a cabo un procedimiento novedoso llamado “plasmaféresis”, con el cual se eliminaron sustancias dañinas del torrente sanguíneo de un paciente que fue diagnosticado con “Síndrome de Guillain-Barré”, y por lo cual presentaba un cuadro inflamatorio de la médula espinal.

 

Un paciente de 72 años de edad y derechohabiente del IMSS, recibió el tratamiento en el Hospital General de Especialidades “Dr. Javier Buenfil Osorio” de Campeche, bajo el esquema de intercambio de servicios que impulsa la Secretaría de Salud Federal.

 

En este caso, el intercambio de servicios fue entre el Centro Estatal de la Transfusión Sanguínea (CETS Campeche) y la Delegación Estatal del IMSS, como una forma de reforzar la atención que otorga el Sector Salud.

 

Virginia Peña Hernández, directora del Centro Estatal de la Transfusión Sanguínea (CETS), explicó que la plasmaféresis es una terapia coadyuvante que consiste en un intercambio plasmático con ayuda de una máquina de aféresis, a través de la cual se sustraen de la sangre las células o toxinas que afectan la salud del paciente.

 

“sta máquina es una innovación tecnológica que empezó a ser utilizada en el CETS para eliminar células, anticuerpos o sustancias que ponen en riesgo la salud del paciente. La plasmaféresis es una terapia de apoyo, independiente de todo el tratamiento que se ofrece en una terapia intensiva, detalló Peña Hernández.

 

Con este paso, además de ofrecer uno de los servicios más modernos de la medicina, se brinda la oportunidad para que la atención se realice en el estado y se eviten todos los gastos que implica trasladar a un paciente de una entidad a otra.

 

Ricardo López Cosgalla, director del Hospital General de Especialidades, señaló que este es el primer caso que se atiende con el procedimiento denominado “plasmaféresis” para el tratamiento de enfermedades como el “Síndrome de Guillain-Barré”.

 

El síndrome de Guillain-Barré es una enfermedad que genera un proceso inflamatorio de la médula espinal y afecta la conducción motora de las sensaciones, de tal modo que genera una parálisis que habitualmente inicia en los pies y en su forma más grave compromete la musculatura respiratoria, motivo por el cual los pacientes tienen que ser dependientes de un respirador artificial durante todo el proceso, que puede durar de dos semanas a seis meses si no se recibe tratamiento.

 

Este síndrome puede ser mortal si no se tienen los recursos para su tratamiento, que consiste en la aplicación de inmunoglobulina o el procedimiento de ‘plasmaféresis’”.

 

Lo que se busca, dijo, es que el intercambio de servicios permita ampliar la atención médica a los pacientes, independientemente de la derechohabiencia, porque la máquina sólo se tiene en este hospital y tiene capacidad  incluso para atender a pacientes de Yucatán o Quintana Roo.