Dormir de manera adecuada es básico para la salud de los seres humanos, ya que reduce el riesgo de enfermedades vesiculares, cerebrales y alteraciones metabólicas como diabetes, aseguró Armando Castorena Maldonado, Jefe de la Clínica de Trastornos del Dormir del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER) “Ismael Cosío Villegas” de la Secretaría de Salud.

El especialista agregó que, en la actualidad, se cuenta con tecnología, especialistas altamente capacitados, acceso a estudios, investigaciones cada vez mejor desarrolladas, nuevos fármacos y un adecuado conocimiento de las funciones del sueño que permiten mejorar la atención de los pacientes. Esto se ha logrado gracias a la impartición de cursos y talleres sobre este tema, dijo.

Indicó que dormir de manera inadecuada también puede elevar la presión arterial, además de que aumenta la posibilidad de accidentes viales y muchas de alteraciones del sueño se deben a problemas respiratorios y cardiorrespiratorios; obesidad --que puede provocar apnea del sueño--; consumo de alcohol o productos del tabaco y se da, principalmente, en hombres.

Los síntomas comunes de un sueño inadecuado son ronquidos, mala respiración, dolor de cabeza, ir al baño a la hora de conciliar el sueño y quedarse dormido durante el día en lugares o circunstancias no aptas para ese fin, agregó.

Castorena Maldonado informó que alrededor de 2 por ciento de la población infantil padece algún trastorno del sueño, lo que puede provocar problemas de aprendizaje, respiración sólo por la boca, irritabilidad, hiperactividad y mal aprovechamiento.

Uno de los trastornos del sueño más común es el insomnio crónico, que padece alrededor del 30 por ciento de la población mayor de 40 años, a quien le ocasiona problemas en el trabajo y se debe, en muchos casos, a enfermedades crónicas que si bien son incurables, de atenderse de manera oportuna se controlan de forma efectiva, lo que beneficia al paciente y a su economía.

Finalmente subrayó que para prevenir este tipo de padecimientos es importante mantener el peso adecuado; no consumir alcohol, drogas, tabaco; evitar el consumo de cafeína en dosis altas, respetar los horarios para dormir y no incurrir en la automedicación.