Con el
fin de reforzar la salud de los menores de edad en las vacaciones de verano, la
Secretaría de Salud recomendó a los padres de familia vigilar su alimentación
correcta, a través del seguimiento de hábitos adecuados de nutrición y
actividad física.
Es conveniente que la familia procure ciertas acciones para que los niños no
sufran las consecuencias de un repentino cambio de costumbres, y al mismo
tiempo, no afecte su alimentación.
Entre las recomendaciones que emite la Secretaría de Salud, que encabeza la
doctora Mercedes Juan, destaca: tener refrigerios saludables a la mano como
frutas, verduras, quesos frescos, galletas integrales y lácteos, así como
realizar actividades de ejercitamiento.
La alimentación, recalcó la Secretaría de Salud, debe ser variada y debe
incluir al menos los 3 grupos de alimentos de acuerdo al “Plato del bien
comer”, es decir, frutas y verduras, cereales, leguminosas y productos del
origen animal.
Es importante que la familia mantenga los horarios habituales para tomar los
alimentos; tomar agua natural para que favorecer la hidratación; evitar bebidas
azucaradas (jugos y refrescos); moderar el consumo de dulces y golosinas, sobre
todo cuando estén frente a la televisión.
Asimismo, se sugiere disponer de más tiempo para realizar las comidas, ya que
no existe la presión por llegar temprano a la escuela; hacer, en medida de lo
posible, de 3 a 5 comidas al día; además una opción divertida es compartir con
los niños la preparación de los alimentos.
La alimentación correcta debe ser completa (con carbohidratos, lípidos, proteínas, vitaminas y minerales) equilibrada (nutrimentos en porción adecuada), inocua (que su consumo no implica riesgos a la salud), suficiente (que cubra con las necesidades nutricionales), variada (con alimentos de cada grupo en cada comida) y adecuada (acorde a los gustos, costumbres y recursos económicos, sin eliminar las características anteriores).
De su importancia recordar que el buen funcionamiento de los órganos, el crecimiento y el desarrollo dependen en gran parte del consumo de alimentos. El equilibrio entre la ingesta y el gasto es el resultado de un buen estado de nutricio.