Muy buenos días tengan todas y todos ustedes.

Yo siempre empiezo una presentación diciendo que para mí es un gusto, un honor estar en una reunión determinada, a veces porque tenemos alguna celebración, una efeméride, a veces porque estamos arrancando algún proyecto, a veces porque estamos haciendo una valoración del mismo y hoy no va a ser la excepción.

La verdad es que me da muchísimo gusto estar aquí con ustedes, porque se trata de un acto que si bien es un acto sencillo, tiene una enorme importancia, la tiene por muchas razones, la tiene porque se reconoce a personalidades, a investigadores, a académicos que han hecho aportaciones muy importantes.

En este caso es la situación de la doctora Teresa Tusié Luna y de todo el equipo de trabajo, al que ya se refirió el doctor Fabio Salamanca y, por supuesto que se trata igualmente del doctor Gabriel Manjarrez Gutiérrez y de su equipo de colaboradores.

Pero hay otras cosas adicionales. No es solo reconocer el talento, el conocimiento, el trabajo, la experiencia, las aportaciones de un grupo de investigadores. Hay más temas a los que yo me voy a referir y por eso, de verdad, me da muchísimo gusto de estar con ustedes en esta oportunidad.

Además, estar acompañando aquí a la licenciada María Eugenia López de Silanes, presidenta del Grupo de Estudios del Nacimiento, Grupo GEN; de su hermano, el arquitecto Santiago López de Silanes, quien funge como vicepresidente.

Y en este momento, de Fabio Salamanca, quien ha presidido el jurado y que tiene una antigua relación y que, seguramente, por causas ajenas a su voluntad no le han permitido –por lo menos todavía- al doctor Guillermo Soberón estar con nosotros. Bueno, pues se trata de un grupo de lujo.

Entonces, ver además, aquí, la presencia de gente a la que yo respeto y quiero por muchas razones que no voy a hacer públicas, después van y corren a mi casa a decir cosas, en fin, más cuando está el Subsecretario Meljem. Gente a la que le tengo mucho respeto, mucho aprecio y de verdad mucho afecto. Realmente es un marco extraordinario.

Pero junto con lo que ya señalé, déjenme decir que este acto viene a ser la vigésima tercera edición. Siempre es difícil arrancar algo: la primera reunión, el primer foro, el primer congreso, el primer premio. Pero mucho más difícil darle continuidad. Es cierto arrancar cosas es complicado, mantenerlas es mucho más difícil.

En ocasiones, cuando uno quiere arrancar algo, lo que sea, puede ser unza tarea muy difícil, pero a veces eso depende de la voluntad, del compromiso, de la persona que quiere hacerlo, pero mantener 23 ediciones de eso, lo que sea, se vuelve mucho, mucho más complicado y ya no depende nada más de la persona que tuvo la iniciativa.

Pero además en este caso, que el acto sirve como homenaje a un amigo entrañable, a una gente querible, a un mexicano que hizo muchas cosa por nuestro país, a un empresario, a un emprendedor, que como aquí lo hemos dicho, a un hombre de bien, porque todo lo demás es muy importante, pero la familia de Toño tiene que saber que muchos de nosotros lo que hemos considerado a él ha sido eso, un mexicano extraordinario y un ser humano excepcional, eso está por encima, de si alguien es un buen empresario, si alguien es un emprendedor, si alguien es un buen administrador, eso implica esas características implican, dentro de la familia muchas cosas, dentro de su comunidad muchas otras, eso amplía el radio de acción de una persona y por eso cada vez que Toño convocaba había respuesta y por eso cada vez que él pedía algún tipo de apoyo también había respuesta y por eso también hoy seguimos estando aquí presentes para rendir un muy merecido homenaje a su memoria, a su tarea, a su obra, a sus logros.

Por eso también adquirimos un compromiso y yo espero que se pueda mantener para tener la vigésimo cuarta y la vigésimo quinta y muchas, muchas ediciones más de un premio de esta naturaleza. Por eso de verdad se los digo, a mí me da muchísimo gusto estar aquí.

Segundo, me parece que este sencillo acontecimiento amerita que hagamos algunas reflexiones, por lo menos yo me siento obligado y comprometido a hacerlas y tiene que ver con algo muy elemental que a veces esos temas elementales los da uno por sentado, le parecen a uno que se han convertido incluso en lugares comunes, la salud y su importancia.

Lo hemos dicho de muchísimas maneras, hemos hablado de la salud como un derecho fundamental, hemos hablado de la salud como uno de los igualadores sociales, hemos hablado muchas, muchas personas alrededor de la salud como un mecanismo de inclusión social, de estabilidad social, hemos hablado de la salud como un elemento que contribuye a la productividad y todo eso es verdad creo yo y conviene reiterarlo, conviene repetir, conviene estarlo enfatizando, porque de pronto nos parece muchas veces, y los jóvenes más, que la salud es algo natural, que la salud es algo que no se agota, que no se acaba, y la verdad es que no es así, la verdad es que sí se trata de uno de los derechos más importantes.

Yo soy de los que piensan que después de la vida, la salud y la libertad. Alguien lo siente, pero yo estoy convencido. Por qué lo digo, a ver, cuando no hay salud nada está bien o nada está tan bien como podría estarlo y la propia libertad no puede disfrutarse, por eso digo salud y libertad. La propia libertad no está completa, en ocasiones porque uno no puede moverse, desplazarse, en ocasiones porque uno está en un hospital o en la casa, y se interrumpe esa libertad.

La libertad requiere de la salud, y muchos otros derechos requieren de la salud, la educación requiere de la salud, es un prerrequisito, el disfrute de la cultura, el deporte, la práctica del mismo, el trabajo, la productividad, muchas, muchas cosas, la democracia, el ejercicio de la democracia, requiere de la salud.

Entonces, la salud es muy, muy importante y aquí tenemos que, otra vez, regresar a lo fundamental. En el mundo que nos ha tocado vivir, en la biología, en los seres vivos, hay asuntos que están determinados al nacimiento y que afectan la salud, que generan la no salud y que, pueden ser tan graves, que lleven a la muerte el producto de la concepción.

Y en ocasiones no es tan grave para que esto suceda al nacimiento o en los primeros días y meses, pero ahí hay una carga en la biología que nos señala algo, que después con las interacciones que tenemos los seres vivos con el ambiente o, peor tantito, dependiendo de nuestros estilos de vida, pues resulta que nos generan no salud, que nos generan enfermedades.

Entonces, lo que se ha venido haciendo en este grupo, en el Grupo GEN, de forma modesta pero muy constante ha sido muy importante, en forma sencilla pero diversificada, porque lo mismo ha tenido que ver con los asuntos de la investigación, del conocimiento, que con asuntos muy prácticos de cómo se cuida un embarazo, como se atiende un parto, cómo se ayuda a la formación de recursos humanos, cómo se contribuye con otras instituciones, la Secretaría de Salud, y otras instituciones, universidades y otros espacios.

Entonces, a mí me da la impresión o yo tengo la seguridad de que por eso es doblemente relevante el que estemos aquí, porque estamos haciendo una consideración sobre temas fundamentales que le importan, que le afectan, que le sirven a la sociedad mexicanas y al conocimiento universal.

Por eso, de verdad, es relevante y por eso yo reconozco y agradezco la presencia de quienes ustedes están aquí, acompañando a la familia López de Silanes y a investigadores tan destacados, tan relevantes como Fabio Salamanca, como la doctora Ostrosky, como muchos de ustedes que están en esa condición, aquí, o con colaboradores y funcionarios de la Secretaría de Salud como el doctor Meljem, que tienen mucho que ver con todos estos asuntos.

Concluyo diciendo, pues, muchas felicidades a quienes se han hecho merecedores de este premio. Un premio, otra vez, que en el monto económico no tiene relevancia, pero que si la tiene en la trayectoria que ha tenido, que si la tiene en el hecho de que es uno de los premios que están bien establecidos y que se trata de un premio que tanto a los merecedores del mismo, a los recipientarios de él, como al jurado que nos ayudó o que ayudó a dilucidar quién lo merecía, junto con quienes los siguen organizando, a todos, a todos, lo que tenemos que decirles es muchas, muchas gracias.

Y a una persona, ¿ya llegó?, bueno pues entonces, qué pase. Entonces, prolongo un par de minutos que no me cuesta trabajo eso. Mi mensaje para que en todo caso lo que hagamos es recibir al doctor Soberón, cuando ya pueda estar aquí con nosotros para expresarle nuestro afecto, nuestro cariño.

Pero déjenme decirles: todo esto que he dicho, todas estas consideraciones no se hubieran podido cristalizar si no hubiera sido por Antonio López de Silanes, no se hubieran podido hacer si él no hubiera tenido, como decía un maestro mío el doctor Lagunas, la iniciativa y también la acabativa para poder no solo pensar, no solo proponer, sino para hacer las cosas, porque él era un hombre de acción, era un hombre de ideas pero que las llevaba a la práctica.

Y ustedes y yo sabemos que hay muchos, pero muchos ejemplos alrededor de esta condición. Y la verdad es que él hizo mucho por el tema de la salud, por el tema de los problemas al nacimiento, pero también hizo muchas otras cosas, incluso por la ciencia en general, iniciativas de él que hoy siguen estando en práctica, que tienen vigencia, que se han podido seguir pasando de responsable en responsable, y en donde él tuvo esa característica que yo creo que nos hace mucha falta.

Más en estos días en donde nos da por ser pesimista, por ver todo color gris o casi negro, por promover diferencias y divisiones y por no terminar de entender que nuestra fortaleza está en la diferencia, en las maneras distintas de ver, pero también en la unidad en torno a algunos de los temas y asuntos que al país le interesan de manera fundamental.

Yo no sé si se va a animar el doctor. Qué sí se va animar, qué tiene pena de, pero que ya viene por acá. Entonces, yo lo que les voy a decir es que para terminar, en lugar de que me den un aplauso a mí, en realidad se lo demos al doctor Guillermo Soberón, porque se lo merece, ha hecho un enorme esfuerzo, ustedes saben que él vive en el sur profundo de la ciudad, que a veces hace el viaje incluso desde Cuernavaca, que atravesar ahorita la ciudad, me parece que hay problemas serios.

Alguien tenía una reunión conmigo a las 8:30 de la mañana y resultó que le tomó 20 minutos cruzar Félix Cuevas por la calle de Mora, y ya no llegó. Entonces, fue espantoso.

Entonces yo concluyo, pidiéndoles o reiterándoles lo que les pedí. Ha hecho un enorme esfuerzo el doctor Soberón. Aquí está con ustedes, y yo le pido que terminemos al pie del auditorio, que terminemos está reunión, simplemente diciéndole lo que lo queremos, lo admiramos, el respeto que le tenemos y el agradecimiento por el esfuerzo para e estar con nosotros.

Un aplauso para él.

079. Entregó el secretario de salud, José Narro, los Premios Gen a la Investigación

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