El tema del consumo de drogas y su prevención se encuentra en el centro de la atención internacional. Cada vez son más patentes los daños que el abuso y la dependencia de sustancias psicoactivas ocasionan en individuos, familias, comunidades y naciones. En todos los foros del orbe se insta a los gobiernos a fortalecer acciones dirigidas, no sólo al control de la oferta, sino a la atención integral del fenómeno.
En nuestro país, el consumo de drogas constituye uno de los principales problemas de salud pública, y los estudios recientes refieren tendencias que apuntan hacia dos vertientes. Por un lado, se percibe una reducción en la edad de inicio en el consumo, lo que significa que jóvenes y niños empiezan a consumir sustancias adictivas a edades cada vez más tempranas; y por otra parte, hay un aumento en la disponibilidad de drogas ilícitas entre la población estudiantil, derivado de las nuevas estrategias de distribución y comercialización conocidas como “narcomenudeo”.
Es por ello que la prevención del consumo de drogas en todo el territorio nacional, entre los estudiantes de primaria y de secundaria, inclusive desde el nivel preescolar, requiere construir sin demora nuevas estrategias de atención eficientes y específicas, a fin de revertir en el largo plazo las tendencias de este fenómeno en uno de los principales lugares donde se suele presentar: el centro escolar.
La escuela ha sido identificada por expertos nacionales e internacionales como una institución desde la cual puede propiciarse la integración social de las niñas, los niños y los jóvenes que asisten a ella. En ella es factible realizar actividades de prevención de adicciones y de promoción de formas de vida saludable, dada su naturaleza formativa y transformadora de las capacidades y habilidades del alumnado, así como por la interacción continua entre todos los miembros de la comunidad escolar: alumnos, padres y madres de familia, tutores responsables de los menores, personal docente, directivo y administrativo, a lo largo de los once años que comprende la educación básica.
El llamado de organismos como la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización de Estados Americanos (OEA) y la
Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (CICAD), para tomar el contexto escolar como un espacio privilegiado en la prevención del consumo de drogas, ha sido asumido por la Administración Pública Federal como prioridad.