Género y Salud en Cifras. Vol. 9, Núm. 2 Mayo - Agosto 2011. CNEGSR

Revista Oficial del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva

Secretaría de Salud | 31 de agosto de 2011
En relación a la temática de la salud sexual, este número contiene en su primer artículo, un marco documental de algunas de las acciones que han sido emprendidas en el mundo en materia de reconocimiento de los derechos no solamente reproductivos sino también sexuales. En Prioridades y Necesidades Globales para el Logro de la Salud Sexual. Un Análisis de la Declaración Salud Sexual para el Milenio, Eusebio Rubio-Aurioles parte de una ponencia que presentó en La Habana, Cuba en años anteriores, cuyos planteamientos son vigentes para entender el contexto internacional y aun la realidad mexicana: los derechos sexuales de la población no han sido expresamente reconocidos ni por la Organización de las Naciones Unidas ni aún por la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Eusebio Rubio argumenta con información actual que para atender las necesidades de la población y crear condiciones para el ejercicio de los derechos sexuales, reconocidos en documentos de organizaciones internacionales y nacionales, se requiere un trabajo mayor en materia de políticas públicas y cambios legislativos que parta de la base del reconocimiento de estos derechos para beneficio de las y los mexicanos.

El segundo artículo, titulado La identidad transgenérica. Una nueva posibilidad de inclusión humana, de Angélica Mancilla Amador, aborda la temática compleja de la identidad transgenérica, delimitando como una de sus principales aportaciones la confrontación abierta a los valores sociales imperantes que han permeado en la significación personal de las identidades de pertenencia sexo-genéricas.
Actualmente se necesita avanzar en la investigación multidisciplinaria de esta temática en particular, aunque cabe reconocer que en general, los estudios sobre las poblaciones que se han dado en llamar de la diversidad sexual, necesitan un impulso que contribuya a establecer líneas para su comprensión e inclusión en las políticas públicas de salud, reconociendo a todas las personas como seres humanos con derecho a la protección de la salud, independientemente de su identidad sexual, preferencia u orientación sexual, o de cualquier otro elemento o práctica relacionada con su sexualidad.

El tercer artículo, Frecuencia de pre-eclampsia/eclampsia (PEE) y violencia familiar en dos grupos de mujeres, es el trabajo de Aurora Martínez González, quien parte de dar constancia de que el síndrome de PEE sigue siendo la primera causa de mortalidad materna en el país. Se basa en un trabajo de campo realizado el año de 2004 para el CNEGSR en el Hospital de la Mujer, donde la autora aplicó un mismo cuestionario a dos grupos de 50 mujeres puérperas acerca de su embarazo y analizó algunas variables de violencia, incluida su modalidad, frecuencia e intensidad. Ella identificó algunos elementos de la situación de violencia familiar vivida por mujeres con PEE y con ello hace notar la importancia de atender esta problemática que empeora las condiciones de salud de las mujeres embarazadas. La autora refiere cómo la violencia económica, psicológica, física y sexual ejercida por parte de la pareja -en ese orden- se encontraban presentes en ambos grupos; estos tipos de violencia fueron relatados de manera predominante por las puérperas complicadas con PEE.

La sección Para Compartir da a conocer una entrevista a la antropóloga Daniela Manica sobre El estudio del Cuerpo, el Género y la Sexualidad en la Medicina, publicada en portugués por el Centro Latinoamericano en Sexualidad y Derechos Humanos (CLAM), el cual autorizó su traducción al español y su inclusión en Género y Salud en Cifras. Daniela Manica, en su tesis de doctorado había discutido cómo la medicina, los avances tecnológicos y el surgimiento de la píldora anticonceptiva fueron determinantes en las últimas décadas; se apoyó en los planteamientos del médico brasileño Elsimar Coutinho quien, además de ser especialista en la temática de reproducción, desarrolló métodos anticonceptivos y tratamientos hormonales. Sobre esa base, en la entrevista, Daniela Manica plantea cómo la ciencia médica contribuye a construir concepciones sobre género y sexualidad.

Los señalamientos de la antropóloga resultan muy sugerentes para repensar y cuestionar concepciones dominantes sobre el cuerpo, la sexualidad y la salud reproductiva de hombres y mujeres, con una perspectiva innovadora, en la que el género es un eje central. Sus ideas motivan a generar nuevas formas no solamente para analizar la temática, sino para encaminarnos a otras formas de atención de la sexualidad y de la reproducción humana que favorezcan la salud integral de mujeres y hombres.

Aunado a esto, y en relación a la temática de la diversidad sexual, en la sección Para Compartir, Género y Salud en Cifras difunde también para conocimiento de las y los servidores públicos, el personal de salud, académicas/os y público en general, lectoras/es, el Breve glosario sobre diversidad sexual. Recomendaciones para servidores públicos sobre el uso de un lenguaje no discriminatorio, recientemente elaborado y publicado por el Centro Nacional para la Prevención y el Control del VIH/SIDA (CENSIDA), quién lo divulgó por primera vez durante la inauguración de la Jornada Nacional contra la Homofobia del pasado mes de agosto. Este es el primer ejercicio que se realiza desde el CENSIDA para brindar una herramienta básica conceptual que permita iniciar un diálogo y debate comprehensivo y respetuoso sobre la importancia de que las y los servidores públicos respetemos y trabajemos por los derechos humanos de todas las personas que se incluyen en la denominada diversidad sexual, especialmente, aquellas que se identifican como parte de la población LGBTTTI. Si bien puede ser enriquecido, lo más importante de este glosario es el exhorto que dirige hacia las y los servidores públicos para “conocer, entender y emplear términos adecuados, basados en definiciones de especialistas y organismos nacionales e internacionales” así como “aportar insumos básicos para promover el respeto pleno de las personas a través del uso de términos y conceptos que no sean discriminatorios”.

La sección Para Descifrar, en consonancia con los temas expuestos en este número, presenta datos de un estudio sobre satisfacción y actitudes sexuales en México (Pfizer, Ipso y Universidad La Salle); también incluye datos de la Encuesta Nacional sobre Discriminación en México (Enadis 2010: Conapred); la violencia sexual en la pareja y hacia mujeres embarazadas, provenientes de las Encuestas Nacionales sobre Violencia contra las Mujeres –ENVIM- 2003 y 2006 (INSP-SSA); de Las Encuestas Nacionales sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2003 y 2006 –Endireh- (INEGI et al); y de la Encuesta Nacional de Violencia en las Relaciones de Noviazgo (Envinov) 2007 del Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve).

Este segundo número del año presenta la reseña de Sara Yaneth Fernández Moreno, Profesora Asociada de la Universidad de Antioquia, Colombia, sobre el libro Heridos Corazones: Subjetividad y Vulnerabilidad Coronaria en Varones y en Mujeres, escrito por Débora Tajer y ubicado en la situación de otro país latinoamericano, Argentina. Los planteamientos de Tajer, tanto como la lectura de Fernández, ofrecen un panorama que concierne a la humanidad entera, gracias a la aplicación de la perspectiva de género en la investigación de la salud pública: en el mundo como en México en particular, las enfermedades cardiovasculares habían sido convencionalmente señaladas como una de las primeras causas de muerte en hombres, siendo que las mujeres se han visto igualmente o aún más afectadas en las últimas décadas.

Sara Fernández enfatiza cómo Tajer demuestra que han sido omitidas las especificidades y condiciones diferenciadas socialmente de las enfermedades coronarias por género. En especial para las mujeres, han sido inadvertidos, los síntomas, las formas de afectación, los estilos de vida y las personalidades que desarrollan, al participar cada vez más del ámbito público y enfrentarse a la autoexigencia y el estrés de ser mujeres trabajadoras al mismo tiempo que mujeres del hogar, lo que las hace cada vez más vulnerables a las enfermedades coronarias o infartos al miocardio, sin ser necesariamente conscientes de estos riesgos.

GÉNERO Y SALUD EN CIFRAS tiene el honor de compartir al público lector que el pasado 1° de julio el Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva obtuvo el Certificado de Igualdad Laboral por el cumplimiento a la Norma Mexicana: NMX-R-025-SCFI-2009 que establece los requisitos para la certificación de las prácticas para la igualdad laboral entre mujeres y hombres. Esta norma fue puesta en vigor el 9 de abril de 2009 y en el Día Internacional de la Mujer, el pasado 8 de marzo de 2011, el C. Presidente Felipe de Jesús Calderón Hinojosa instruyó a las dependencias a trabajar para lograr la certificación y para que la igualdad laboral entre mujeres y hombres sea una realidad en la Administración Pública Federal.

Esta norma establece los indicadores y las prácticas laborales requeridos para fomentar la igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres, independientemente de su origen étnico, racial o nacional, sexo, género, edad, discapacidad, condición social o económica, condiciones de salud, embarazo, lengua, religión, opiniones, preferencia u orientación sexual, estado civil o cualquier otra característica o condición análoga. Busca la igualdad e inclusión laborales además de consolidar la previsión social, a partir de la creación de condiciones para el trabajo digno, bien remunerado, con capacitación, seguridad y libre de toda discriminación, con corresponsabilidad entre la vida laboral y la vida familiar, que posibiliten la realización plena de las mujeres y los hombres de México.
 

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