La anorexia y la bulimia no solo significan estar delgada o en extremo flaca (o), implican problemas a la salud que pueden agravarse: desnutrición, infertilidad, cambios metabólicos, gastrointestinales, articulares, desgarramiento de esófago, insuficiencia cardiaca y presión alta, entre otros.

En los últimos seis años, estos trastornos se han extendido a menores de 12 años de edad, a consecuencia de los estereotipos de la imagen corporal que se difunde a través de las redes sociales.

Por ello, es recomendable que los padres y la familia estén atentos para reconocer en el menor tiempo posible los síntomas, entre los que destacan la pérdida acelerada de peso y la inducción del vómito. En otros casos, realizan ingestas nocturnas de alimentos o comen en exceso.

Cuando los muchachos tienen problemas de autoestima, quedan atrapados en la publicidad que destaca estereotipos de vida basados en la imagen corporal, que pueden conducirlos a situaciones obsesivas compulsivas y provocarles trastornos de conducta alimentaria, como la anorexia y la bulimia, que entre el 70 y el 80 por ciento de los casos no son curables.

Una de las problemáticas es que los jóvenes en esta edad reciben atención integral hasta un año después de haberse manifestado los primeros síntomas, por lo que es necesario fortalecer la educación de la población en general, como medida de prevención y orientación adecuada en la alimentación de acuerdo con la edad.

De acuerdo con estimaciones internacionales, la frecuencia de ambas enfermedades oscila entre 0.5 y 3.5 por ciento de la población general.

Datos de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica 2012, llevada a cabo por el Instituto Nacional de Psiquiatría, indican que esta situación afecta al 2.8 por ciento de las mujeres y al 0.9 por ciento de varones.

La bulimia y la anorexia problema que afecta a los infantes

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