Sin embargo, algo está pasando con la radiación solar desde hace ya algunos años, a tal grado que en 1987 la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció un Índice de protección solar o Índice ultravioleta (IUV) con el fin de homogenizar la medición de los riesgos de exposición para los humanos a los rayos emitidos por el sol.

Desde comienzos de los años setenta, se detectó en todo el mundo un pronunciado incremento de la incidencia de cánceres de la piel en poblaciones de tez clara, estrechamente vinculado a costumbres personales de exposición al sol y a su componente, la radiación ultravioleta (UV), así como a la percepción de que el bronceado es deseable y saludable.

El objetivo del IUV es que la población lo reconozca como una información diaria, útil y como guía para la adopción de hábitos saludables de protección solar.

A pesar de que la exposición a las radiaciones solares en pequeñas cantidades es recomendable, porque ayuda a tener mejor ánimo, vitalidad e interviene en la producción de vitamina D en el organismo, sustancia que evita el raquitismo y la osteoporosis, al sobrepasar ciertos niveles de exposición al sol, existe el riesgo de producir efectos agudos y crónicos en la salud de la piel, los ojos y el sistema inmunitario.

El aumento del flujo de radiación UV-B que alcanza a la superficie terrestre es un hecho científico bien documentado, tanto así, que la mayor parte de los gobernantes aceptaron en 1987 firmar el Protocolo de Montreal, México fue el primer país en ratificarlo, lo que representó la primera demostración de reconocimiento mundial a dicho hallazgo científico.

En la actualidad, existen protectores y bloqueadores que ofrecen en sus etiquetas niveles determinados de protección al sol con siglas como: FPS, UV y UVB. ¿Qué significan éstas siglas? ¿Qué protector escoger? ¿Cuándo usarlo? ¿Quiénes deben usarlo? En este número de Brújula de Compra te ayudaremos a responder éstas y otras interrogantes.
 

LA RADIACIÓN SOLAR, UN ENEMIGO DE TODOS LOS DÍAS

De acuerdo con sitios especializados en ciencia, geografía y ciencias naturales, la capa de ozono es un cinturón de gas ozono natural que se sitúa hasta unos 50 kilómetros sobre la tierra como si fuera un escudo contra la radiación ultravioleta B emitida por el sol.

Actualmente existe una preocupación extendida de que la capa de ozono se está deteriorando debido a la liberación al aire de contaminantes, como: químicos, cloro, y bromo. Dicho deterioro permite el ingreso de grandes cantidades de rayos B ultravioleta en la tierra, lo que puede provocar cáncer de piel, cataratas en ojos e inclusive dañar a los animales.

La Fundación de Cáncer de Piel define a este padecimiento como: “el crecimiento descontrolado de células anómalas de la piel. Sobreviene cuando el daño en el ADN de las células de la piel (provocado, principalmente, por la radiación ultravioleta procedente de la luz solar o de las camas de bronceado) desencadena mutaciones o defectos genéticos que hacen que las células de la piel se multipliquen rápidamente dando lugar a tumores malignos”. 

El documento publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), “Índice UV solar mundial, Guía práctica” señala que todos estamos expuestos a los rayos UV procedente del sol y de numerosas fuentes artificiales utilizadas en la industria, el comercio y durante el tiempo libre.

El índice UV solar mundial descrito en el documento de la OMS es una medida sencilla de la intensidad de radiación UV en la superficie terrestre. Los principales rayos UV son los siguientes:

El índice UV debe proporcionar al menos el valor máximo diario y como un valor único redondeado al número entero más próximo. En México el Sistema de Monitoreo Atmosférico (SIMAT) de la Ciudad de México se encarga de medir la intensidad de la radiación solar ultravioleta en la superficie terrestre, que se difunde cada hora como un índice de radiación solar UV, índice UV o IUV.

De acuerdo con la OMS, esta medida se expresa como un valor que va de 1 a 11+. Cuanto más alto es este valor, mayor es la probabilidad de sufrir lesiones en la piel y los ojos. Los valores se dividen en categorías de exposición (Ver cuadro).

Estas predicciones del IUV deben tener en cuenta los efectos de las nubes sobre la transmisión de la radiación UV a través de la atmósfera. Si no es así, se deberá especificar que se trata de un IUV “con cielo despejado” o “sin nubes”.

En este sentido, y de acuerdo con los valores del IUV, podrás observar en la siguiente imagen los sistemas de protección recomendada para cada caso.

Las mediciones se hacen con sensores especiales llamados radiómetros. La respuesta del radiómetro es proporcional a la intensidad de la radiación que incide sobre él.

EL SOL NACE MÁS PARA OTROS

¿Sabías a que a mayor altitud, mayor radiación solar? La Ciudad de México se encuentra en una posición para recibir una cantidad importante de radiación solar todo el año, toda vez que se encuentra a una altura de 2.2 km sobre el nivel del mar.

Y es que, según la OMS, la cantidad de radicación UV que alcanza la superficie de la tierra depende de varios factores:

  1. • La altura del sol: Cuanto más alto esté el sol en el cielo, más intensa es la radiación UV. La intensidad varía según la hora del día y la época del año. Fuera de las zonas tropicales, las mayores intensidades de la radiación UV se producen cuando el sol alcanza su máxima altura, alrededor del mediodía.
    • La latitud: Cuanto más cerca del ecuador, más intensa es la radiación UV.
    • La nubosidad: La intensidad de la radiación UV es máxima cuando no hay nubes, pero puede ser alta incluso con nubes.
    • La altitud: A mayor altitud la atmósfera es más delgada y absorbe una menor proporción de radiación UV. Con cada mil metros de incremento de la altitud, la intensidad de la radiación UV aumenta de 10 a 12%.
    • El ozono: Absorbe parte de la radiación UV que podría alcanzar la superficie terrestre. Su concentración varía a lo largo del año e incluso durante el día.
    • La reflexión por el suelo: Diferentes tipos de superficies reflejan o dispersan la radiación UV en diversa medida. Ejemplos: La nieve reciente puede reflejar hasta 80% de radiación UV; la arena seca de la playa, alrededor de 15%, y la espuma del agua del mar, alrededor de 25%.

Gráficamente podemos distribuir los niveles de radiación UV por lugares, zonas o espacios de la siguiente forma:

De acuerdo con la OMS, es de suma importancia proteger a los grupos de población más vulnerables, y tomar en cuenta que, según se ha comprobado, más del 90% de los cánceres de piel no melanocítico (que se da en células que elaboran melanina y están en la parte más baja de la epidermis) se producen en las pieles claras y muy claras, por tanto los mensajes de protección deben estar más dirigidos a las personas con este tipo de piel y a los niños sensibles a la radiación UV.

Los tipos de piel se dividen en seis, cada uno con características y cuidados específicos, mismos que te describimos a continuación:

De acuerdo con el Dr. Mike Repacholi, Coordinador de la Unidad de Radiaciones y Salud Ambiental de la OMS, “Las radiaciones UV son particularmente preocupantes porque la gente no suele ser consciente de los riesgos que suponen para la salud. Los efectos de la exposición a menudo no aparecen hasta muchos años después; además, la sobreexposición solar entraña un riesgo para toda la población y no únicamente para los que tienen la piel clara

Si bien, el cáncer de piel es el daño más radical para la piel del ser humano, existen otras consecuencias por exposición prolongada al sol relacionadas con los rayos UV como: quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, arrugas, pérdida de la elasticidad de la piel, manchas oscuras, etc.

ADECUADA ELECCIÓN DEL FILTRO SOLAR

Una de las medidas para protegerte del sol es utilizar, en la piel expuesta, cremas con filtro solar de amplio espectro (bloqueadores solares) que de acuerdo con la OMS, deben tener un factor de protección igual o superior a 30.

De acuerdo con la NOM-141-SSA/SCFI-2012 sobre etiquetado para productos cosméticos preenvasados, un bloqueador es una preparación en crema, aceite, gel o aerosol entre otros, de aplicación sobre la piel humana con la finalidad exclusiva o principal de protegerla de la radiación UV absorbiéndola, dispersándola o reflejándola.

La NOM especifica que el nivel de protección del producto debe figurar en la etiqueta mediante la clasificación de «baja», «media», «alta» y «muy alta». Cada clasificación debe equivaler a un grado de protección frente a ambas radiaciones, UVB y UVA de acuerdo a lo que establece la tabla 1.

De acuerdo con la Sociedad Americana contra el Cáncer, los bloqueadores solares no deben usarse como una forma de prolongar el tiempo de exposición al sol; todo lo contrario, puede ser complemento de otro tipo de protección como ropa clara, sombra, sombrero, gafas, etc.

La elección del producto va a depender de.

  1. FPS final que se quiere lograr
  2. Usuario final
  3. Limitaciones de costo
  4. Envase final
  5. Si el producto es resistente al agua (Water proof o water resistant)
  6. Consideraciones estéticas u organolépticas (textura, el olor, etc.) del producto.

La Dirección General de Estudios sobre Consumo (DGEC) de Profeco recabó precios de bloqueadores y protectores solares en sitios de internet de tiendas departamentales, farmacias y tiendas de autoservicio del 2 al 3 de junio de 2016. A continuación te presentamos los resultados de acuerdo con el factor de protección

Para cualquier duda o aclaración guarda el ticket de compra, recibo o factura. Recuerda que puedes acudir a la Delegación Profeco más cercana a tu domicilio o llama al Teléfono del Consumidor 5568 87 22 en la Ciudad de México y área metropolitana y desde cualquier otro lugar al 01800 468 8722 larga distancia sin costo desde el resto del país.

De acuerdo con la Sociedad Americana contra el Cáncer aplica el protector con factor de protección igual o superior a 30 y extiéndela generosamente sobre la piel expuesta y repite la aplicación cada dos horas, o después de trabajar, nadar, jugar o hacer ejercicio al aire libre. Nunca utilices la crema con filtro solar para prolongar la exposición al sol.

Al respecto, la OMS recomienda las siguientes medidas para protegerte:

  • Evita la exposición solar en las horas centrales del día. Los rayos UV solares son más fuertes entre las 10 de la mañana y las 4 de la tarde. Ten especial cuidado con la exposición al sol durante esas horas.
  • Ten en cuenta el índice UV. Este importante dato te ayuda a planificar tus actividades al aire libre para evitar una exposición excesiva a los rayos del sol. Es necesaria protección solar siempre que el índice UV prevea niveles de exposición de moderados a altos, por ejemplo un índice UV de 3 o superior.
  • Aprovecha las sombras. Resguárdate a la sombra cuando los rayos UV sean más intensos, pero no olvides que los árboles, las sombrillas o los toldos no protegen totalmente contra la radiación solar.
  • Usa ropa que te proteja. Un sombrero de ala ancha protege debidamente los ojos, las orejas, la cara y la parte posterior del cuello. Las gafas de sol con un índice de protección del 99%-100% frente a los rayos UVA y UVB reducen considerablemente los daños oculares debidos a la radiación solar. Las prendas de vestir holgadas y de tejido tupido que cubran la mayor superficie corporal posible también protegen contra el sol.
  • Evita lámparas y camas bronceadoras. Estas aumentan el riesgo de cáncer de la piel y pueden dañar los ojos si no se usa protección.
  • Protege a los niños. Los niños suelen ser más vulnerables a los riesgos ambientales que los adultos. Cuando estén al aire libre protegerlos de la exposición a los rayos UV como ya se ha explicado. De igual forma los bebés deben permanecer siempre a la sombra.

Por Alma Beade Ruelas y Carlos Enrique García Soto