La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos fue promulgada el 5 de febrero de 1917 y entró en vigor el 1º de mayo de ese año. Es la norma suprema en nuestro país. Su aniversario es un acontecimiento propicio para reflexionar sobre su contenido.

La  Carta Magna se ha construido con base en las ideologías que han marcado el devenir de nuestra nación. En su texto se reconocen los derechos humanos de los individuos y las vías para hacerlos efectivos.

Su origen fue la lucha social de 1910, conocida como la Revolución Mexicana. Dicho movimiento perseguía fundamentalmente un objetivo político: llevar a esta norma el principio de no reelección del presidente y terminar con la larga permanencia en el poder del presidente Porfirio Díaz. Sin embargo, durante esta lucha se fueron sumando otros ideales de carácter social, especialmente aquellos enfocados en garantizar ciertos derechos a los trabajadores y a los campesinos, quienes participaron no sólo para cambiar las estructuras políticas y a los gobernantes, sino también para lograr un mejor nivel de vida[1].

La característica más importante de la Constitución es que en su época fue vanguardista, puesto que fue la primera en reconocer los derechos sociales a nivel mundial, además de los culturales, económicos y el derecho a la educación.

Los derechos sociales son aquellos que corresponden al hombre desde su perspectiva social, surgen ante la necesidad de proteger a determinadas clases económicamente débiles. Aseguran al hombre una existencia realmente humana y digna.

Dentro de estos derechos sociales se encuentran los de carácter laboral, los cuales sentaron las bases para contemplar los derechos a la Seguridad Social en nuestro país. La Seguridad Social nació para reparar las consecuencias de los riesgos a los que se encuentra la clase trabajadora. Hoy en día estos derechos están dirigidos a proteger a los trabajadores independientemente del sector en que se ubiquen. Las prestaciones que son la asistencia médica a través del seguro de salud, prestaciones monetarias de enfermedad, prestaciones de vejez reflejadas en el seguro de retiro, cesantía en edad avanzada y vejez, riesgos de trabajo y enfermedades profesionales, prestaciones de maternidad, prestaciones de invalidez y prestaciones a favor de los sobrevivientes[2].

PENSIONISSSTE al ser un vehículo de ahorro a largo plazo, dedicado a que los trabajadores obtengan una mejor pensión, contribuye para que se materialicen los derechos sociales. 

 

[1] Carpizo Jorge y Miguel Carbonell. “Derecho Constitucional”, México, Ed. Porrúa y UNAM, 2007, p. 5 y 6.

[2] Convenio 102 sobre la Norma Mínima de Seguridad Social de la Organización Internacional del Trabajó, mismo que entró en vigor en México el 12 de octubre de 1962.