Primero: la Teoría.

Sucede que la luna nueva de este mes, se completó el jueves 25 a las 2:45 pm y con ello se potencializó el nacimiento de nuevas ideas, éstas deberán ser alimentadas con una imaginación desbordante y una meta ordenada, precisa y muy realista, además de una capacidad de negociación extraordinaria.

 

Segundo: ¿Que si te subes al ring?

Cuando uno se sube al ring por propia voluntad a jugar unas “luchitas”, pues se está dispuesto a enfrentar al enemigo, no importa si es rudo o técnico, lo que importa es que debemos pelar con todo nuestro ser. Al fin es una elección propia.

 

Sin embargo, en esta quincena la invitación viene de una situación o persona incómoda, de esas que no podemos evitar. Es un claro reto que se impone a nuestra fuerza y que encima debemos enfrentar con toda la mano izquierda posible. Es más que aconsejable meditar muy bien los ganchos, porque no se trata de una pelea por knock out, en honor a la verdad, es un match pactado a varios rounds, en el cual deberemos cambiar de esquina. Es decir, debemos aprender e integrar varias lecciones.

 

En una de las esquinas habrá que mostrarse ágil físicamente, porque el de enfrente tiene una técnica impecable y si esperamos inmóviles será implacable.

 

Ahora bien, pensemos en otra esquina, si tomamos la postura de autoridad y realismo pesimista, el contrincante se deslizará de nuestras manos y nos llenará de un sin número de posibilidades, que no podremos asimilar.

 

En la tercera esquina hay un contrincante que parece indefenso y llora como si se tratase de una situación injusta, pero ahora es un adulto cuya mejor opción es abandonar la actitud de víctima. Enfrente hay un enojo súbito, ya sea nuestro o de los otros que se sale de control y provoca una crítica feroz.

 

Es en esta cuarta esquina en la que parece que todo se nos vienen encima donde se encuentra la solución: la fortuna y el triunfo están en aprender de todos y convertir esta enseñanza en una actitud de servicio y consideración a los demás, además de actuar con honestidad y lo más justo posible.

 

En suma, mejor subámonos al ring como si fuese nuestra propia elección. O sea ¡Por puro gusto!