El Niño- Oscilación del Sur (ENOS o ENSO, por sus siglas en inglés) es el resultado del calentamiento - enfriamiento recurrente de la superficie del océano en el Pacífico del Este. Asociados a esas variaciones en la temperatura del mar, se presentan cambios en la presión atmosférica, conocidos como Oscilación del Sur, de ahí el nombre de ENOS.

Se han establecido varias regiones en el océano  para detectar la fase en la que se encuentra el ENOS. En ellas se realizan mediciones (mediante boyas, barcos y satélites) de temperatura y presión de superficie (oceánica y atmosférica) así como de la velocidad del viento y de la cubierta nubosa.

Se le llama El Niño al evento caliente o fase caliente del ENSO, y se le llama La Niña (o el Viejo, o el anti- Niño) al evento frío o fase fría del ENSO. El ciclo del ENSO puede darse aproximadamente cada 2 a 7 años, así, no tiene una periodicidad regular, y puede durar entre 12 a 18 meses. Aún no se sabe qué dispara y qué detiene al fenómeno de El Niño ni al de la Niña.

En la figura 2 se muestran las variaciones con respecto a las condiciones normales desde 1950 hasta marzo de 2016. Para medir esas variaciones, se usa el Índice Multivariado de El Niño (MEI), que comprende variables superficiales como temperaturas y presiones  en océano y en el aire, vientos, y también cubierta nubosa. Se puede observar que se presentó un fuerte Niño en 1982 - 1983 y otro muy fuerte desde 1997 y hasta agosto de 1998.

Actualmente, nos encontramos en condiciones de El Niño fuerte, que se está debilitando hasta posiblemente el verano de este año, cuando inicie un periodo neutral (ni Niño ni Niña).

No todos los eventos de Niño (o de Niña) se han comportado igual, ni en su intensidad ni en su duración (algunos han durado un año, otros año y medio), ni en sus impactos.

No siempre después de un Niño viene una Niña, como se observa en el caso del evento Niño 91 - 92, al que le siguió otro Niño en 1993, y otro de 1994 a mediados de 1995. El año siguiente, 1996, se presentó un evento de la Niña no muy intenso. En contraste, después del Niño de 1986 - 1987, sí hubo una Niña, en 1988.

En condiciones normales la zona ecuatorial en el Pacífico del Este, está más fría que en el Pacífico del Oeste (6°C de diferencia, digamos 23°C contra 29°C). Esto es provocado principalmente por vientos alisios (que provienen del este) y por el flujo de corriente de agua fría de las costas de Chile y del fondo del mar en las costas de Perú y Ecuador.

Si hay debilitamiento de estas corrientes (atmosféricas y oceánicas) se tendrán condiciones de El Niño, por lo que se empieza a dirigir la zona caliente hacia las costas de Perú y Ecuador, y se pueden esperar entonces sequía en Indonesia y Australia e inundaciones en Perú y Ecuador.

Si, por el contrario, esas corrientes se intensifican, la zona ecuatorial del Pacifico del Este estará más fría de lo normal, con lo que se tendrán condiciones de La Niña. Así pues, las condiciones de La Niña se asemejan a las normales, pero mucho más acentuadas. Los efectos de La Niña son, en general, contrarios a los que produce un evento de El Niño, por lo que es posible esperar más lluvia de lo normal en Indonesia y Australia y menos de lo normal en Perú y Ecuador.

Los efectos de eventos como el Niño y la Niña son más directos en las regiones mencionadas y mucho más claros durante los últimos meses de un año y los primeros meses del año siguiente (invierno, en el hemisferio norte). Aun así, estos eventos alteran el clima a escala global y también los patrones normales de lluvia y de temperatura (Centroamérica, México, Estados Unidos, Canadá, China, África, India, por ejemplo). Se pueden observar tanto en invierno como en verano.