El 18 de mayo de 2017 la Unión Europea y siete de sus países miembros (Bulgaria, Dinamarca, Hungría, Malta, Países Bajos, Rumanía y Suecia) depositaron sus instrumentos de ratificación del Convenio de Minamata en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York.

Con ello, se superó el hito de 50 ratificaciones, por lo que se establece la fecha de su entrada en vigor el 16 de agosto de 2017.

El mercurio es considerado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) como una de las diez sustancias químicas de mayor preocupación, por representar una amenaza al medio ambiente y a la salud de millones de personas a nivel mundial.

El Convenio de Minamata tiene por objetivo proteger la salud humana y el medio ambiente de las emisiones y liberaciones antropogénicas de mercurio y compuestos de mercurio; y establece medidas de prohibición, fiscalización, restricciones de uso, reducción de emisiones y liberaciones, así como mejoras en la gestión del mercurio en todo su ciclo de vida.

El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) con financiamiento del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF, por sus siglas en inglés) y con la colaboración del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), elabora el proyecto “Desarrollo de la Evaluación Inicial del Convenio de Minamata en México”, en el cual se aplica una metodología diseñada por Naciones Unidas para ayudar a los países a instrumentar rápidamente las disposiciones del convenio.

El Director Ejecutivo de la ONU Ambiente, Erick Solheim, recordó que existen alternativas para casi todas las aplicaciones y fuentes actuales del mercurio, procesos industriales más nuevos y seguros, y que todos los países, grandes y pequeños, pueden desempeñar un papel, así como todos nosotros, sólo cambiando lo que compramos y usamos.