Para eliminar la violencia contra las mujeres no basta con la concientización de ellas; también los hombres deben detectar y prevenir la violencia de género y otros síntomas propios del patriarcado. “Solamente con la alianza de los hombres podremos erradicar la violencia contra la mujer”, explicó Sandra Samaniego, Directora de Desarrollo de Proyectos Estratégicos del Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol), al poner en marcha el conversatorio Nuevas masculinidades realizado en coordinación con la Fundación Corazonar, AC.

Por ello Organizaciones de la Sociedad Civil e integrantes de instancias públicas sostuvieron una charla sobre las nuevas masculinidades y el papel de los varones en la lucha por la equidad de género, donde los participantes, en su mayoría hombres, compartieron experiencias, observaciones y vivencias sobre su trabajo a favor de un mundo sin machismo.

David Paredes, miembro del Movimiento de Hombres por Relaciones Equitativas y sin Violencia (MHORESVI), explicó que él y sus compañeros se han cuestionado cómo se transmiten los valores del patriarcado entre los varones. Una de las respuestas que han encontrado es que a través de los medios masivos de comunicación como el cine, la televisión, la radio o la prensa, los hombres y las mujeres se apropian de rasgos propios del patriarcado.

En contraste, las nuevas masculinidades buscan cuestionarse las formas de pensar, sentir y actuar que son propias de los varones, y que han sido impuestas desde afuera, a través de construcciones sociales.

José Alfredo Cruz Lugo, maestro en sexología educativa, consultor, especialista en Género y masculinidades y titular del programa Círculo abierto al Aire, expuso que no existe sólo una masculinidad: “No es lo mismo ser varón en la urbe o en el campo, o ser varón rico contra ser varón pobre”.

Pero algo que tienen en común estas masculinidades es que los hombres “hemos desaprendido a comunicarnos, hemos desaprendido a identificar qué sentimos o cómo estamos”, aseguró Cruz Lugo. “No basta nacer con órganos femeninos para procurar la igualdad y el buen trato entre los géneros”.

Para contrarrestar este síntoma del patriarcado, los varones deben aprender habilidades que les permitan desarrollar y expresar sus sentimientos.

¿Cómo se construye la masculinidad? ¿A partir de qué edad el hombre aprende a ser hombre, cómo aprenden? En la asociación de René Lópéz Pérez, otro participante del conversatorio, han llevado a cabo investigaciones que buscan resolver estas preguntas. No es casualidad que en el estado de Tlaxcala coincide una cantidad considerable de padrotes y que con ello se agudice la trata de personas, explicó; hay rasgos en la construcción de la masculinidad en esa región que devienen en la proliferación de este fenómeno. Y esos rasgos son los que Género y Desarrollo, A.C., (Gendes), intenta detectar a través de la investigación.

En el patriarcado “las mujeres aprenden a cuidar de otros y los hombres aprenden a que alguien más los cuide, pero nadie nos enseña a auto-cuidarnos”, expuso Gerardo Ayala, socio fundador de Salud y Género A.C.

Por ello en su asociación imparten un diplomado sobre género, igualdad y salud, para reforzar la cultura del auto-cuidado en las distintas dimensiones de la salud: psicológica, física y afectiva.

David Pinilla Muñoz, educador social y quien actualmente está haciendo un posgrado de Género en la UNAM, compartió su experiencia en el Instituto Vasco de la Mujer. Entre sus actividades, destacó aquellas que buscan reivindicar la corresponsabilidad de tareas domésticas en el hogar. Aunque en España el machismo es menos latente que en los países iberoamericanos, sucede que los hombres destinan una hora a las tareas del hogar y al cuidado de los hijos, y las mujeres cuatro.

Para contrarrestar este fenómeno han emprendido talleres prácticos en aulas que simulan un apartamento típico de España, con una lavadora, una estufa, un fregadero; allí aprenden a lavar, coser, planchar y cocinar. Así, buscan romper el estigma de que dichas actividades son propias de la mujer. “Los institutos trabajan en teoría para las mujeres, pero han entendido en los últimos 10 años que trabajar para la mujer también es trabajar para el hombre”, explicó durante su intervención.

En nuestro país la inclusión de los hombres a las tareas del hogar y al cuidado de los hijos ha dado pasos considerables pero todavía falta mucho por hacer: solo el 24% de los hombres realizan labores domésticas. Hoy los hombres dedican casi un 30% de su tiempo al cuidado de los hijos, mientras que las mujeres dedican 72%, expuso Francisco E. Cervantes, director y fundador de Corazonar A.C.

En el conversatorio participaron representantes de asociaciones como el Instituto Nacional de las Mujeres,  el Movimiento de Hombres por Relaciones Equitativas y sin Violencia (MHORESVI), Concertación A.C., Salud y Género A.C., Corazonar A.C., Género y Desarrollo A.C., además de oficinas de vinculación con las delegaciones del Distrito Federal y del Programa de Apoyo a Instancias de Mujeres (PAIMEF) del Indesol.