El Instituto Nacional de Desarrollo Social (Indesol) realizó un conversatorio en conjunto con la Universidad Iberoamericana que tuvo como objetivo analizar y exponer el impacto humano y social que significa para la ciudadanía la labor que se realiza en la institución mediante la participación de personal del Indesol y académicos de dicha casa de estudios.

En ese sentido, la titular del Indesol, María Angélica Luna Parra, expresó que existe una diferencia importante entre medir y evaluar puesto que “se pueden medir diversas cosas, pero no sirve de nada si no evaluamos y para hacerlo se requiere de muchos más elementos, de contexto, de importancia del cambio, de qué puede suceder cuando se desarrolla una energía creadora en lugar de una energía destructora”.

Asimismo, dijo que al principio sólo se medía el impacto social pero no se lograba salir de la ceguera de que lo social se hace con pequeños grandes cambios en cada persona, los cuales “cambian su capacidad, su actitud, su conciencia en sus derechos, su autoestima, su posibilidad de relacionarse con los otros e incluso a veces los seres más cercanos como la familia, compañeros de escuela, compañeros de cuadra, etcétera”.

“Lo más importante es cómo medir los grandes pequeños cambios que se dan en los seres humanos, pues son los que permiten desarrollar sinergias creadoras”, destacó.

En su oportunidad, Sergio Molano Romero, Coordinador del Posgrado en Desarrollo Humano de la Universidad Iberoamericana, explicó que existen cuatro niveles de impacto humano y social, los cuales son: el impacto directo, que abarca a todas las beneficiarias y beneficiarios directos que pertenecen a una población específica; el impacto indirecto, que toma en cuenta el entorno social inmediato, como lo son personas allegadas, familiares, entorno escolar, laboral, etcétera; la incidencia, que se ve reflejada en la sociedad con el fortalecimiento de la cohesión social y afecta a las comunidades, localidades o regiones en general y, finalmente, la incidencia en políticas públicas que se observa en cambios institucionales y en la conciencia pública de la sociedad nacional e internacional, además de en los medios de comunicación y en la opinión pública.

“Es un reto muy importante, muy necesario y muy complejo el movernos en el continuo de lo personal y social, donde está todo lo humano y poder hacer evaluación al respecto, porque la forma en la que nos acercaríamos a esa evaluación tendría que ser distinta, tendría que completarse”, añadió.

Finalmente, Mario Lehman, consultor independiente, refirió que, con una perspectiva metodológica, “es posible desde un análisis cualitativo transformar esos valores a números, convertirlo a un análisis cuantitativo”.

“Yo me lo imagino como sistemas. Las personas somos un sistema y un conjunto con un comportamiento que puede hacer que uno se relacione, que uno haga una cosa u otra, y al tener un comportamiento se produce un evento. Estas son las cosas que nos llevan a formar un modelo que se puede evaluar”, subrayó.