El origen étnico o nacional, el sexo, la edad, la discapacidad, la condición social o económica, la condición de salud, el embarazo, la lengua, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil y otras diferencias pueden ser motivo de distinción, exclusión o restricción de derechos.

De acuerdo con el Consejo Nacional Para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), la discriminación es una práctica cotidiana que consiste en dar un trato desfavorable o de desprecio inmerecido a determinada persona o grupo, que a veces no percibimos, pero que en algún momento la hemos causado o recibido.

Aunque se ha logrado avances para fomentar el respeto a los derechos de las personas, con inclusión y sin prácticas discriminatorias, es un hecho que persisten varios actos de discriminación en contra de grupos vulnerables.

En el año 2000 se estableció en la Constitución la prohibición de discriminar, y así se han ido estableciendo legalmente protección a grupos vulnerables como mujeres, indígenas o personas de la tercera edad, además de legalizar los matrimonios igualitarios.

En 2003 se promulgó la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación la cual tiene por objeto prevenir y eliminar todas las formas de discriminación que se ejerzan contra cualquier persona en los términos del Artículo 1 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como promover la igualdad de oportunidades y de trato. Por tanto, se entenderá por discriminación cualquier situación que niegue o impida el acceso en igualdad a cualquier derecho, pero no siempre un trato diferenciado será considerado discriminación, ya que para efectos jurídicos, la discriminación ocurre solamente cuando hay una conducta que demuestre distinción, exclusión o restricción, a causa de alguna característica propia de la persona que tenga como consecuencia anular o impedir el ejercicio de un derecho.

Actualmente, 29 estados tienen leyes contra la discriminación, 20 han modificado sus constituciones y 15 códigos penales ya penalizan la discriminación, estos avances son significativos; sin embargo, es necesario modificar nuestra forma de pensar y desmontar el sistema de privilegios arraigado por siglos en nuestra cultura.

Tenemos que tener claro que los efectos de la discriminación en la vida de las personas son negativos y tienen que ver con la pérdida de derechos y la desigualdad para acceder a ellos; lo cual puede orillar al aislamiento, a vivir violencia e incluso, en casos extremos, a perder la vida, por lo que los gobiernos locales deben tomar acciones desde el ámbito de sus competencias para erradicar las conductas discriminatorias en sus comunidades y fomentar la inclusión.

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