El creciente kilometraje de vías de cuota ha hecho que cada vez sea más frecuente el servicio de las casetas de cobro. En éstas existen muchos puntos de decisión para el usuario al acercarse a la caseta, en la caseta, así como en la salida de la misma. Es también común que haya varios métodos de recopilación del peaje (pago en efectivo, cobro electrónico, etc.), por lo que los usuarios de cobro electrónico se separan de los clientes que pagan en efectivo, y luego se diferencian según el tipo de carril de pago elegido, la cola más corta y el estado del carril (p. ej., abierto o cerrado). Estas operaciones generan convergencias, entrecruzamientos, colas, divergencias de flujos y velocidades diferenciales. Asimismo, a la salida de la caseta, se producen convergencias y entrecruzamientos, dado que el número de carriles de cobro se reduce hasta el ancho de la línea principal. Todo ello produce un gran potencial de colisiones viales – particularmente laterales y por alcance – por lo que las casetas de cobro suelen aparecer entre los sitios de mayor conflicto (“puntos negros). Por lo anterior, para cada caseta, debe realizarse un diseño particular dirigido a lograr, a su cruce, una operación segura y eficiente. Cápsula informativa de la Coordinación de Seguridad y Operación del Transporte.