Desde que el IMP estaba en ciernes, el Laboratorio de Corrosión ya tenía un espacio en este centro público de investigación, solo que hasta 1969 comenzó a ofrecer sus servicios en tres especialidades, en la entonces Subdirección de Tecnología de la Explotación: Inhibidores de corrosión, Electroquímica y Protección catódica. En 1977 se realizaron los primeros ensayos microbiológicos relacionados con la corrosión.

Se ofrecen soluciones mediante la aplicación de técnicas electroquímicas, microbiológicas y químicas en materiales ferrosos, basadas en la normatividad nacional e internacional; además del apoyo que se proporciona a los proyectos facturables y de investigación relacionados con la Línea de Negocio de Prevención y Control de la Corrosión.

El Laboratorio de Corrosión —integrado por 17 especialistas, cuatro con grado de maestría, nueve especialistas con nivel de licenciatura y cuatro técnicos— está dividido en cuatro áreas: Inhibidores de corrosión; Electroquímica y protección catódica; Corrosión microbiológica y Recubrimientos anticorrosivos.

Inhibidores de corrosión

Se realiza la caracterización y control de calidad de inhibidores de corrosión y evaluaciones de la eficiencia de inhibidores de corrosión por técnica gravimétrica e inspección visual, para lo cual se utiliza la rueda (Wheel Test), jaula rotatoria y cilindro rotatorio, bajo condiciones de flujo laminar y turbulento. También se ofrece la evaluación de la eficiencia de inhibidores de corrosión, utilizando celdas de alta presión y temperatura, así como la evaluación de la compatibilidad de los inhibidores de corrosión con otros productos químicos.

Electroquímica y protección catódica

En esta área se efectúa la evaluación de eficiencia de inhibidores de corrosión por técnicas electroquímicas de resistencia a la polarización e impedancia electroquímica, utilizando electrodo de cilindro rotatorio bajo condiciones de flujo laminar y turbulento. Asimismo, se lleva a cabo la evaluación electroquímica de ánodos galvánicos base aluminio, zinc y magnesio.

Corrosión microbiológica

Análisis de residuos obtenidos en la limpieza interior de ductos (contenido de materia orgánica e inorgánica); caracterización microbiológica de muestras relacionadas con el fenómeno de corrosión; análisis fisicoquímico de muestras acuosas (Stiff & Davis); evaluación del comportamiento de biocidas frente a bacterias sulfato reductoras BSR, anaerobias y aerobias, y su compatibilidad con otros productos químicos; evaluación de la toxicidad de inhibidores de corrosión en ambientes marinos y dulce acuícola, y elaboración de medios de cultivo en viales, son algunos de los servicios que ofrecen los especialistas de esta área.

Recubrimientos anticorrosivos

Aquí se realizan principalmente las pruebas de evaluación de recubrimientos anticorrosivos en ambientes controlados (cámara salina, cámara húmeda y cámara de rayos UV); evaluación física y química de recubrimientos anticorrosivos en muestras sólidas y líquidas, y evaluación de desprendimiento catódico de recubrimientos anticorrosivos. De igual modo se evalúan pinturas decorativas (pinturas vinílicas) y pinturas para señalamiento de tráfico.

Todas nuestras pruebas de laboratorio —apuntó el maestro Guadarrama Muñoz— cumplen con las políticas del Sistema Institucional de Gestión de la Calidad, específicamente con el Macroproceso 05LA Proporciona Servicios de Laboratorio.

En el área de Corrosión microbiológica se trabaja en el cultivo de algas, hongos y levaduras que le permitirán realizar la evaluación de biocidas y la toxicidad de productos químicos; adicionalmente, se están iniciando pruebas preliminares para realizar la identificación de bacterias mediante técnicas de biología molecular.