En 1948, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó la Declaración Universal de los Derechos Humanos que 12 años más adelante, en 1950, se vería reflejada en una resolución en la que se invitó a todo los Estados y organizaciones a observar el 10 de diciembre como la fecha para conmemorar dicho reconocimiento.

De tal forma, es que para el presente año, el “Día de los Derechos Humanos” es una llamada a todas las personas para defender los derechos de un joven, de un refugiado, de una persona con discapacidad, una mujer, un indígena, un niño, un afrodescendiente, o cualquier otra persona en riesgo de ser discriminada.

Naciones como México, ya realizan diversas acciones al respecto, no obstante, el reto aún es grande pues el ejercicio de los derechos humanos, sociales, económicos y culturales, así como los derechos civiles y políticos, se ven obstaculizados por la discriminación ejercida tanto en el ámbito institucional como en el social.

Es por lo anterior que el Instituto Mexicano de la Juventud (Imjuve) elaboró el Programa Nacional de juventud (Projuventud) 2014-2018, documento en el que se perfilan las líneas transversales para atender las necesidades y construir respuestas institucionales que garanticen los derechos de los 37.5 millones de jóvenes.

Mediante este programa, el Imjuve señala que para que una sociedad se califique como igualitaria, no sólo se requiere garantizar el ejercicio de los derechos de todas las personas, sino generar acciones para que las personas pertenecientes a grupos históricamente discriminados, tengan acceso a las mismas oportunidades.

Uno de estos grupos lo representan las y los jóvenes, quienes por diversos motivos son discriminados y excluidos de diferentes oportunidades laborales, educativas o culturales, por lo que el Estado debe implementar acciones específicas que permitan a toda la población joven, gozar de sus derechos sin obstáculos.

El documento informa que las y los jóvenes mexicanos de 12 a 29 años reportan que los derechos que en mayor medida se les respeta son: a la salud, a practicar la religión que prefieran y a disfrutar de su cultura, mientras los que menos se les garantizan son: tener un juicio justo y a no ser víctimas de la violencia.

Asimismo, cabe destacar que a nivel nacional dos de cada 10 personas consideran que los derechos de las y los jóvenes no son respetados. Por otro lado, la población joven menciona haber sentido que sus derechos no han sido respetados por dos factores: por su apariencia física (24.0%) y por su forma de vestir (19.0%).

Con respecto a la discriminación que ejercen las y los jóvenes, al ser cuestionados sobre con quiénes no estarían dispuestos a compartir su hogar, 41% dijo que con lesbianas, 39% con homosexuales, 36% con personas que tienen vih/sida y 23% comentó que con personas con ideologías políticas distintas a las suyas.

Atendiendo este grave panorama, el Imjuve hace un atento llamado a través del Projuventud, tanto a las dependencias de la Administración Pública Federal (APF), como a toda la sociedad, para trabajar de manera coordinada, erradicar la discriminación y garantizar el pleno ejercicio de los derechos de la juventud.

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