Desde el año 2002 la Organización Internacional del Trabajo (OIT) conmemora el Día mundial contra el trabajo infantil, para llamar la atención en la magnitud global del trabajo infantil y en las medidas para erradicarlo. Este año centra su atención en los niños que realizan trabajo infantil y que viven en zonas afectadas por conflictos y catástrofes naturales, pues suelen ser las primeras víctimas de estas situaciones, y si además se encuentran en condición de trabajo infantil aumenta el riesgo de afectación.

Se considera trabajo infantil a toda actividad económica que realice la población de 5 a 17 años. En México se consideran personas jóvenes a aquellas entre 12 y 29 años de edad, por lo que el grupo de 12 a 17 años que trabaja, se encuentra en condición de trabajo infantil.

Para 2015 el porcentaje de trabajo infantil de 12 a 17 años fue del 15.4%, con un 9.2% entre las adolescentes mujeres y un 21.4% entre los adolescentes hombres. En total, cerca de 2.13 millones de adolescentes se encuentran en esta situación, de los cuales, el 88% trabaja en condiciones no permitidas.

El principal motivo por los que las y los adolescentes trabajan es porque el hogar necesita de su aportación económica o de su trabajo (28.5%), en segundo lugar para pagar sus estudios y/o sus propios gastos (25.9%) y en tercer lugar por el gusto por trabajar o sólo por ayudar (19.4%). De la población adolescente que trabaja, el 42.7% ya no asiste a la escuela.

De los adolescentes en ocupaciones no permitidas, el 31.9% trabaja más de 36 horas semanales y el 38.7% no recibe ingresos.

Además del trabajo infantil en actividades económicas, ocho de cada diez adolescentes también realizan quehaceres domésticos, es decir, trabajo del hogar no remunerado. De este grupo, uno de cada diez lo realiza en horarios prolongados o en condiciones peligrosas, acrecentando aún más las condiciones de riesgo y vulnerabilidad para esta población.

Acabar con el trabajo infantil en todas sus formas, tal como lo plantea la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030, implicará grandes esfuerzos de todos los sectores de la sociedad, empezando por el gobierno y el sector privado, pero también con la colaboración de la sociedad civil, los organismos internacionales y la población en general, pues como dice la ONU, para acabar con el trabajo infantil “tenemos que hacerlo juntos”

De acuerdo a la Decimoctava Conferencia Internacional de Estadísticos del Trabajo (XVIII CIET).

Según la Ley Federal del Trabajo, es permitido que los adolescentes de 15 a 17 años estén ocupados siempre que no realicen actividades peligrosas.

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