El crecimiento de Diconsa y su presencia en los lugares más apartados del territorio nacional, a donde dirige el abasto de productos con alto valor nutricional a bajo costo, se debe en gran parte a la fortaleza y liderazgo del trabajador comunitario, pieza fundamental del Programa de Abasto Rural (PAR) en la operación de los almacenes rurales, subrayó el director general de la paraestatal, Juan Manuel Valle Pereña.

Previo a la celebración por los 37 años que el PAR cumplirá en noviembre, el funcionario destacó que el desempeño del trabajador comunitario: choferes, lancheros, supervisores operativos,  montacarguistas, loteadores, veladores, secretarias, auxiliares administrativos y de bodega, permite el crecimiento de la Distribuidora. 

“Para llevar el abasto hasta los lugares más recónditos del país nos apoyamos en los trabajadores comunitarios, que sin importar las inclemencias del tiempo, lejanías o largas jornadas laborales hacen efectivo el derecho a la alimentación”, dijo el director general.

El trabajador comunitario Nielsen Cahuich Sánchez, por su parte, quien labora en esta empresa desde hace 15 años, recordó que inició como loteador en el almacén rural de Tixkokob, Yucatán. Actualmente es chofer de un camión con capacidad de carga para 15 toneladas que abastece a 60 tiendas comunitarias de la región.

“Las familias ven a Diconsa como un buen apoyo. Me doy cuenta cuando llego a las tiendas y los pobladores supervisan tanto la calidad como los precios de los productos”, comentó Nielsen Cahuich en el Día del Trabajador Comunitario. 

En tanto, Andy Israel Cauich Chan, del mismo almacén, explicó que con su tienda móvil llega a 24 pequeñas localidades. “Recorro de 3 a 4 poblaciones por día. En temporada de lluvias, las brechas se ponen lodosas, pero con pasito lento llegamos hasta nuestro objetivo. El maíz es el más demandado en esta región”, afirmó. 

Por otro lado, los choferes y trabajadores comunitarios adscritos al almacén rural Reforma, enclavado en la Sierra Madre del Sur, Gabriel de la Rosa Ramírez y Juan Vargas Pérez explicaron que para llegar a la localidad Santa María Nizaviguiti, en el municipio San Carlos Yautepec, Oaxaca, recorren una vez por semana 232 kilómetros de terracería para satisfacer la demanda de alimentos a los más necesitados. 

“En la pequeña población viven 54 familias chontales para quienes la presencia de la tienda móvil es cuestión de sobrevivencia, pues representa la única opción de abasto alimentario”, dijo Gabriel De la Rosa, quien afirma que además de la canasta básica, los productos de limpieza y aseo personal son de gran demanda.

Santa María Nizaviguiti se caracteriza por ser una región donde el termómetro suele registrar temperaturas por debajo de los 5 grados centígrados. 

En Hidalgo, el loteador del almacén rural Atotonilco El Grande, Andrés Noé Durán Téllez, es trabajador comunitario en Diconsa desde hace 26 años, y se ha caracterizado por realizar una labor eficiente en beneficio de los que menos tienen. 

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