En el marco de la X Edición Ciclo Quejío Flamenco 2018, la bailaora Lina Ravines presentó la puesta Mujeres de colores, un estético, esplendido y sublime espectáculo dancístico donde armonizó la música, la iluminación y las coreografías bien elaboradas para hacer arte permitiendo el lucimiento individual y colectivo, en un tributo a la mujer y sus deseo de libertad y de igualdad.

El público que asistió al Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Arte (Cenart) quedó más que complacido con Lina Ravines Compañía Flamenca, donde cuatro bailaoras más y un bailaor se desplazaron por el escenario exponiendo alma, sentimiento, pasión y perfección en el baile para dibujar en el tablado  cuadros de mujeres en lucha, amor y búsqueda.

La obra de la autoría y dirección de Lina que se presentó durante una tarde-noche gélida y lluviosa, y que repite hoy domingo en el mismo espacio, es un espectáculo de danza española basado en la lectura corta del escritor Enrique Jardiel Poncela y en el libro de Rebeca Arce Pinedo, Dios, patria y hogar: la construcción social de la mujer española por el catolicismo y las derechas en el primer tercio del siglo XX, comentó Ravines.

“En un mundo donde la España franquista se hace paso en la historia, nacen las mujeres de colores, cuatro colores que el control y la censura no pueden extinguir, que dan vida a un paisaje sin color, una España que se empeña en convertir a las mujeres en ejemplos vivos de la ideología de un dictador, apegadas a las tradiciones y representaciones culturales de su país.

“Todas estas mujeres se distinguen por un solo color, el azul, el color de la patria, el color de la obediencia y de la España Franquista.

“Pero latentes y llenas de vida, criticadas y juzgadas, están las mujeres de colores, mujeres verdes, rojas, lilas y grises, todas ellas con color propio y que no se dejan opacar por esta España que las oprime.

“Todas ellas a su manera pintan con su color, creando infinidad de composiciones, mujeres que han creado una paleta de colores más grande que el arcoíris, variaciones de rojos, verdes, lilas y grises que viven y respiran, que crean y escriben su nueva historia, haciendo de su España franquista, una España a secas, un país lleno de diversidad, un país que respira”.

Mujeres de colore, aseveró la bailaora, representa, primero, un tributo a sus mujeres “mi madre y un hermana Alondra que es activistas política” y después “a todas las mujeres que me rodean porque gracias a ellas yo me pinto de distintos colores constantemente”.

Cada uno de los cuadros bailables representó sobre el tablado a cada una de las mujeres. De a dos. Mujeres violetasLa sombra. Lo negroLa franquista. La mujer azul; Despertar. ¿Mujeres grises?Divorciadas, viudas, solteras fatales, de la vida alegre. Mujeres de tono verde; Alondra. La mujer rojo, para cerrar con Mujeres de colores.

Su baile fue dedicado a todas esas mujeres que durante años han tenido que ser monotemáticas, “pero ya no lo son, mujeres de colores cuya simple existencia ilumina el camino de la humanidad hacia la libertad, la felicidad y la vida. Mujeres que han tenido que ser verdes o grises para existir de alguna forma, o de las mujeres azules que se pintaron de ese color para poder sobrevivir.

“A las mujeres lilas que no enseñaron a soñar. A las mujeres rojas que con sus vidas nos dieron ejemplo de resistencia y que labraron el camino para que hoy podamos pintarnos de todos los colores que queramos”.

Lina señaló que su propuesta dancística muestra que las mujeres tienen miles de colores, no sólo uno. Habla de la identidad de género donde cualquier persona que se identifique con el género femenino “no nada más representa sus sentimientos y emociones, sino su vida, su ideología, su política, su rigidez, sus miedos. Todo. Las mujeres podemos tener los mismo colores y crear nuevos”. 

Este ciclo tiene sus antecedentes en el año 2004 en lo que en su momento se llamó Duende flamenco, que se creó como una plataforma en la que se pudieran expresar los ejecutantes de este arte andaluz que integra el baile, el cante, la música de guitarra y el cajón.

Es desde el 2008 que el Quejío flamenco se realiza de manera ininterrumpida y donde se han presentado algunos de los más destacados exponentes del género.

La décima edición de Quejío flamenco cierra el sábado 27 y domingo 28, con la presentación de José Antonio Rodríguez (guitarra) e Ileim Ceciliano (baile), quienes ofrecerán el programa Una guitarra cara a cara con el público, un concierto de guitarra flamenca en el que Rodríguez reivindica el papel del concertista de guitarra dentro de los conciertos flamencos.

José Antonio Rodríguez se distingue por haber obtenido con sólo 17 años el Primer Premio para Guitarra Flamenca de Concierto en el XXI Festival de Cante de las Minas de la Unión.

Desde entonces ha pisado infinidad de escenarios y ha publicado ocho discos, el último de ellos titulado El guitarrista azul, un álbum grabado en vivo con la Orquesta de Córdoba durante el Festival Internacional de la Guitarra de la Ciudad. Destaca su participación con cantantes como Alejandro Sanz, Jenifer López, Marc Anthony y el bailarín y coreógrafo Joaquín Cortés, entre otros.

Todas las funciones del ciclo Quejío flamenco se llevarán a cabo a las 18:00 horas, en el Teatro Raúl Flores Canelo del Centro Nacional de las Artes. El boleto tiene un costo de $80 pesos y están disponibles a través del Sistema Ticketmaster y en las taquillas del Cenart.

Información: AAD

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