Los tradicionales manteles a cuadros llenaron las Áreas Verdes del Centro Nacional de las Artes (Cenart) para celebrar el Picnic Literario, con el cual México se une a los festejos del Día Internacional del Libro Infantil que, desde 1967 se conmemora en el marco del nacimiento del escritor Hans Christian Andersen.

Por tercer año consecutivo, el Cenart es la sede de este festejo literario, organizado por IBBY México / A leer y la Secretaría de Cultura federal, al cual se dan cita familias enteras para disfrutar de un día lleno de libros, lecturas, talleres y hasta conciertos.

El director del Cenart, Ricardo Calderón, destacó que para ese recinto es un gusto recibir esta celebración de la literatura infantil con diversas actividades a lo largo del día como juegos y talleres que tratan de propiciar la lectura en el ámbito familiar.

“Cómo vamos a llegar a tener un país de lectores, cómo vamos a tener lectores adultos, pues propiciando y sembrando la semilla desde la primera edad, despertándoles el interés por los libros, los libros son un medio maravilloso para despertar la imaginación, para conocer el mundo, para viajar sin moverse de una silla cómoda en casa”.

Por su parte, la directora de IBBY México, Azucena Galindo, aseguró que este picnic literario, que busca generar un encuentro gozoso con la lectura, cada vez recibe más visitantes y ahora el reto es replicar esta iniciativa en muchos espacios, ya que los libros nos ponen en contacto con el otro.

“Quien no ha gozado la lectura es porque tal vez no se ha acercado de la manera adecuada, porque encuentra uno tanto en la lectura, en los libros, en el compartir, por eso nosotros trabajamos para provocar esos encuentros”.

Cada año, un país funge como anfitrión de este festejo y en este 2017, tocó el turno a Rusia, quien comisionó al poeta Sergey Makhotin para escribir el mensaje, el cual fue leído en su idioma original por Nikita Shalygin, agregado de Asuntos Culturales de la Embajada de Rusia en México y en español por María de los Ángeles Aquino.

Ahí, el escritor ruso apuntó que “me echo a reír cuando un chico o una chica dice ¡No me gusta leer! No les creo. Seguro toman helado, juegan y ven películas muy divertidas. En otras palabras, les gusta divertirse. Y la lectura no es solo un trabajo duro que desarrolla los sentimientos y la personalidad, sino, antes que nada, un gran placer. ¡Precisamente por eso los autores escriben libros para niños!”.

Niños sobre todo, pero también jóvenes y adultos, se sumaron a este picnic donde los manteles lucían canastas llenos de libros para todos los gustos que estaban disponibles para ser leídos: El lobo y los siete cabritillos, Estrellita Marinera, Marte y las princesas voladoras y Mar de sábanas son algunos de los títulos que podían ser disfrutados por los más pequeños, mientras los adolescentes se sumergían en obras como El hombre invisible de H.G. Wells o La biblioteca secreta de Haruki Murakami.

También había cuenta-cuentos, lecturas dramatizadas y lecturas colectivas. La Fundación Japón llevó su tradicional kamishibai, en el que se cuentan historias con láminas en un teatrillo de tres puertas y además, los asistentes pudieron disfrutar de un concierto de música rusa.

Diversas dependencias de la Secretaría de Cultura participaron en esta celebración, como la Dirección General de Publicaciones que impartió el taller Constelaciones Estelares, mientras que Alas y Raíces inició en este picnic la conmemoración por los 100 años del nacimiento de Pascuala Orozco, considerada la fundadora de la tradición literaria infantil en México.

Cabe señalar que todas las actividades fueron gratuitas a fin de inspirar el amor por la lectura, por lo que además IBBY México llevó parte del acervo de su librería, La Voltereta, donde los interesados podían adquirir libros infantiles para llevarlos a casa.

Información: AGB

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