Pablo Picasso (España, 1881-1973) y Diego Rivera (México, 1886-1957), dos de los más grandes pintores del siglo XX, nacieron en sociedades de profundas raíces históricas y se formaron en una tradición académica que asumía la superioridad de la cultura europea y el arte grecolatino sobre todas las demás sociedades; sin embargo, en su proceso de consolidación artística, lograron superar esta estrecha noción sobre el arte.

Hallaron en las vanguardias parisinas, concretamente en el cubismo, un elemento de confluencia que se manifestó durante su breve pero significativa amistad (1914-1915). Las obras de ambos artistas  muestran las propuestas de vanguardia que cada uno desarrolló en una intensa conversación artística.

Durante los años 20 y 30, ambos artistas vuelcan su mirada hacia una nueva forma de representación naturalista, que busca expresar la solidez que proviene de la tradición y la cultura: Picasso en Francia, movido por la crisis de postguerra se inspira en el antiguo arte mediterráneo y Rivera, en el México postrevolucionario, en el arte prehispánico.

Para conocer más detalles sobre estos dos grandes pintores, visita la exposición Picasso y Rivera: conversaciones a través del tiempo, que estará abierta al público desde el 9 de junio en el Museo del Palacio de Bellas Artes, gracias a la colaboración de Los Angeles County Museum of Art.

Esta muestra inédita es un diálogo entre ambos artistas, a través de obras icónicas creadas durante la primera mitad del siglo XX, así como de los encuentros de dichas obras con el arte antiguo mediterráneo y mesoamericano.