La violencia cometida en contra de las mujeres y las niñas es la violación a los derechos humanos más recurrente en el todo el mundo y contradictoriamente, es la que menos se nota, ya que está profundamente arraigada en las relaciones históricas estructurales de la desigualdad de género y la idea de superioridad masculina sobre la mujer, es decir, lo que en el ámbito popular se ha llamado como “machismo”, que está ligado a la idea de que es legítimo imponer la autoridad sobre la mujer. 

La Onu ha manifestado que el 35% de las mujeres de todo el mundo ha sufrido violencia física y/o sexual por parte de su compañero sentimental o violencia en algún momento de su vida. Sin embargo, algunos estudios han demostrado que hasta el 70% de las mujeres ha experimentado violencia física y/o sexual por parte de un compañero sentimental durante su vida.

La violencia contra las mujeres está presente en todas las etapas de la vida, desde la guardería con los cuentos y libros de texto, a la Universidad, en la música, en las películas, los programas de televisión y en la propia familia, que enseña a los niños y a las niñas a consolidar los roles machistas.

De acuerdo con el Inegi y Onu Mujeres hay 61.5 millones de mujeres en México de las cuales el 63% de las mujeres de 15 años o más han experimentado un acto violento en algún momento de nuestra vida; 1 de cada 4 mujeres han reportado haber sufrido discriminación en su lugar de trabajo y 36.7% de mujeres se encuentran en una situación de pobreza moderada y 9.6% en pobreza extrema.

Los hombres no se sentirían con el derecho a maltratar a sus compañeras si la sociedad no les hubiera enseñado que ellas son de su propiedad y son seres inferiores. Y las mujeres no se dejarían maltratar si no se les hubiera enseñado a ser seres dependientes, es decir, esposas, madres y amas de casa, al servicio de su familia, y más aún, doblemente dependientes: emocional y económicamente.

¡Reflexionemos y actuemos! 


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