Para lograr una procuración de justicia efectiva, es necesario mejorar la calidad de la investigación de los hechos delictivos a fin de generar evidencias sólidas, que cuenten con soporte científico y sustento legal.

Así lo señala el Protocolo de Investigación Ministerial, Policial y Pericial con Perspectiva de Género para el Delito de Feminicidio de la Procuraduría General de la República. Sin embargo, aunque México cuenta con esta importante herramienta, solo 10 de las 32 entidades federativas establecen la obligación de elaborar y aplicar protocolos de investigación del delito de feminicidio con perspectiva de género, además de que aún hay mucho por hacer para garantizar el acceso a la justicia y hacerle frente a la impunidad que existe en la persecución de este delito.

Por ello, los pasados 9 y 10 de agosto, la Comisión Nacional para Prevenir la Violencia contra las Mujeres (Conavim), en alianza con el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México (TSJCDMX) y el Instituto de Ciencias Forenses (Incifo), organizó el Foro Feminicidio: Elementos del Tipo Penal y Análisis Forense, en el que participaron médicos forenses, criminalistas, especialistas y representantes de organizaciones de la sociedad civil, la academia y dependencias de gobierno, provenientes de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, la Fiscalía General de Justicia del Estado de México, la División Científica de la Policía Federal, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México, la organización Idheas Litigio Estratégico en Derechos Humanos, el Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México y el Incifo.

El objetivo del encuentro fue compartir buenas prácticas en materia de análisis forense, así como analizar los elementos jurídicos, sociales, antropológicos y científicos que ayudan a la comprensión de este fenómeno y de los procesos relacionados con su investigación, bajo una perspectiva de derechos humanos y de acceso a la justicia a las víctimas de este delito.

La importancia de distinguir un feminicidio de un homicidio
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El feminicidio se define como el asesinato de una mujer por razones de género (delito tipificado en el artículo 325 del Código Penal Federal). Estas razones incluyen: que la víctima presente signos de violencia sexual; que haya presencia de mutilaciones  infamantes o degradantes; que haya antecedentes de violencia familiar, laboral o escolar; que haya existido una relación sentimental, afectiva o de confianza entre el asesino y la víctima o que hayan existido amenazas, acoso o lesiones previas, entre otras.

Es importante entender que no todos los asesinatos de mujeres son feminicidios. Como lo señala la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), para que sea considerado como tal “la muerte de la mujer tendrá que ser violenta y en el ejercicio del dominio sobre la mujer como relación desigual”.

Este organismo añade que, “a través de la muerte violenta, se pretende perpetuar los patrones que culturalmente han sido asignados a lo que significa ser mujer: subordinación, debilidad, delicadeza, feminidad”.

Investigación del delito de feminicidio y debida diligencia
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Las y los ponentes del foro coincidieron en que investigar un feminicidio requiere una sensibilidad especial por parte de todas las personas involucradas en el proceso: desde el personal pericial que revisa y selecciona las evidencias en la escena del crimen, pasando por las personas responsables de su traslado y resguardo; las y los médicos que realizan la autopsia y el respectivo análisis forense; el personal de la policía encargada de investigar los hechos, hasta llegar a las y los jueces que dictan la sentencia.

Señalaron que los cadáveres de las víctimas de feminicidio “hablan”. Es decir, las lesiones y cicatrices revelan información sobre lo que las mujeres atravesaron en vida. Por ello, además del análisis de las evidencias, es importante investigar el contexto/ antecedentes de las víctimas y entrevistar a familiares para garantizar la debida diligencia y evitar la impunidad.

De ahí la importancia de que exista una estrecha coordinación y colaboración entre las partes/ autoridades involucradas, ya que el buen desempeño de algunas, influye directamente en el trabajo de otras. Por ejemplo, para las autoridades competentes es fundamental contar con personal pericial y personas expertas en asuntos forenses para recabar la evidencia clave que permita realizar una investigación efectiva.

El mito de la perspectiva de género en la investigación del delito de feminicidio
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Uno de los principales mitos que existen en la investigación del delito de feminicidio es que la perspectiva de género no es aplicable a las ciencias o no tiene elementos prácticos que puedan ser utilizados por la policía o el personal médico involucrado en la investigación.

La ponencia: Procedimiento de Necropsia con Perspectiva de Género, a cargo del doctor Jorge Luis Olivares Peña, del Instituto de Ciencias Forenses, demostró que, por el contrario, esta visión —y los protocolos existentes para su correcta implementación— es necesaria para realizar un análisis médico forense que brinde evidencias científicas sólidas para la investigación de este delito, siguiendo altos estándares profesionales y éticos.

Factores que inciden en el delito de feminicidio en México
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Para el doctor Olivares, quien ha trabajado de cerca en diversos feminicidios ocurridos en la Ciudad de México que se han vuelto referentes importantes para visibilizar esta problemática, hay tres grandes factores que inciden en la prevalencia de este delito en nuestro país: las adicciones, las redes sociales y los medios de comunicación.

Explicó que, entre sus muchos efectos adversos, el consumo de drogas genera brotes psicóticos que pueden conducir a la violencia y ponen en riesgo a las personas cercanas a quienes las consumen.

Por otro lado, los medios de comunicación y las redes sociales normalizan la violencia e incluso llegan a promoverla, al mostrar la vida criminal como algo aspiracional, colocando a los delincuentes como grandes protagonistas que gozan de lujos, fama, poder y otros beneficios.

A su vez, las redes sociales permiten —y con frecuencia alientan— la difusión indiscriminada de imágenes que conducen a la cosificación de las mujeres y normalizan el acoso y la violencia sexual contra ellas.

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En suma, la investigación del delito de feminicidio requiere no solo la implementación de protocolos especiales, sino la aplicación de métodos científicos y procedimientos bajo una perspectiva de género que garanticen la debida diligencia y el acceso a la justicia de las víctimas.   

Además, es necesaria la coordinación y colaboración estrecha entre las instituciones y las autoridades encargadas de la impartición de justicia, así como la capacitación permanente de las y los funcionarios en materia de derechos humanos de las mujeres.

Si bien es indispensable que los órganos que participan en la investigación cuenten con los recursos materiales y humanos para desempeñar su labor de manera adecuada, un gran reto sigue siendo superar los estereotipos sobre el papel que desempeñan las mujeres en la sociedad y el limitado conocimiento de los derechos de las mujeres entre practicantes legales, el poder judicial, agentes y la policía, como lo señaló el Comité para la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer (CEDAW) en las observaciones hechas a México con motivo del noveno informe de cumplimiento presentado el pasado mes de julio ante este órgano.