En 1975 el Ejido de Llano Grande en Chignahuapan, Puebla, veía como su esfuerzo se alejaba en camiones: eran los inicios de una veda forestal, obtuvieron un permiso para cortar árboles pero toda la madera salía del pueblo. Los beneficios eran mínimos, casi nulos.

Tuvieron paciencia en el flujo de sus recursos; además, fueron capacitados para saber cómo podar, hacer aclareos en el bosque, hacer caminos en él y saber cómo vender la madera de pino, encino y oyamel que les ofrece su entorno.

En 2014 todo cambio, conocieron la Estrategia Nacional de Manejo Forestal Sustentable para el Incremento de la Producción y Productividad (ENAIPROS) desarrollada por la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) y se convirtieron en cultivadores del bosque.

La estrategia tiene como objetivos principales incrementar la producción de madera y la conservación de la biodiversidad mediante el fortalecimiento empresarial a los dueños de los bosques; además de impulsar técnicas silvícolas para una mejor rentabilidad en las empresas forestales.

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El Ejido Llano Grande fue el primero en Puebla que cambió su sistema de manejo intensivo y fueron pioneros en llevar a cabo prácticas de conservación de la biodiversidad en aprovechamientos; es decir, se volvieron una industria forestal.

“Un árbol es como un hijo y las personas que trabajamos en la industria lo sabemos: debemos criarlo bien, cuidarlo de joven y darle buen ejemplo a los demás. Como dice el dicho, no queremos sus ramas torcidas sino que crezcan fuertes para que sirvan a más personas.

“No podemos decir que talamos ni queremos que se nos tache como eso puesto que nosotros no somos taladores sino cultivadores del bosque, campesinos de los árboles. Imagine una milpa de maíz, en lugar de eso, nosotros tenemos un bosque lleno de árboles. Es posible y lo hemos comprobado”, expresó José Gregorio Avelar Alvarez, presidente del comisariado ejidal.

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A sus 54 años vio cómo un terreno con una pequeña cortadora se convertía en un techo bajo el cual pasan 19 mil 258 metros cúbicos de madera que son vendidos y que provienen de alguna parte de sus viveros que producen 250 mil plantas al año.

Este ejido fue visitado recientemente por representantes del Banco Mundial para Colombia y México.

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Luego de una reunión con el Grupo Técnico Estatal de la ENAIPROS, encabezada por el Director General de la CONAFOR, Jorge Rescala Pérez, la delegación del Banco Mundial recorrió el ejido.

El directivo y una delegación del Banco Mundial integrada por Carole Megevand, Líder Global en Bosques del Banco Mundial, Jutta Kern, Especialista Senior en Manejo de Recursos Naturales y Katharina Siegman, especialista ambiental, recorrieron el estado con la finalidad de conocer diferentes acciones que integran la ENAIPROS.

“México es un modelo en cuestiones forestales y en su manejo se ha puesto retos altos: en este recorrido vemos ejemplos para el Banco Mundial y nos llevamos este conocimiento para darlo a conocer en otros sitios”, expresó Gerardo Corrochano, director del Banco Mundial para Colombia y México, durante la visita a Puebla.

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