La quema de un lote baldío, la presencia de humo en campos abiertos o el fuego utilizado para delimitar zonas agropecuarias no son incendios forestales.

Un incendio forestal ocurre cuando el fuego se extiende de manera descontrolada y afecta los bosques, selvas o la vegetación de zonas áridas y semiáridas.

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Sin importar su origen, todo incendio forestal pone en peligro a las personas, su propiedad y a los ecosistemas.

Sus causas varían, pero el 99 por ciento son ocasionados por las personas que usaron el fuego de forma irresponsable o negligente, mientras que el 1 por ciento tiene su origen en los rayos o erupción de volcanes.

Incendios superficiales, subterráneos o de copa.

En México, la mayoría de los incendios son superficiales, es decir, se queman pastizales que se recuperan en los primeros días de la temporada de lluvias o arbustos que tardan en crecer desde una semana hasta un par de años.

Los incendios de copa, que son los más destructivos, queman árboles en su totalidad y el ecosistema tarda en recuperarse de 15 a 30 años.

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Aquellos de gran magnitud traen como consecuencia la pérdida de la biodiversidad, contaminación, erosión de los suelos, desertificación, problemas en la salud y seguridad de las personas e incluso puede provocar cambios en el clima.

Por eso, es tan importante la participación de la sociedad para evitarlos, apagando correctamente las fogatas, no fumando en los bosques, no quemando la basura al aire libre y reportar el avistamiento de fuego de manera inmediata.

Infraestructura contra los incendios

En nuestro país existe el Programa Nacional de Protección contra Incendios Forestales, creado en 1972 y la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR) es la encargada de coordinarlo desde 2001, participan gobiernos estatales, municipales, dependencias federales y la sociedad civil.

La CONAFOR opera el Centro Nacional Contra Incendios Forestales (CENCIF)  desde Zapopan, Jalisco.

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El CENCIF reúne a personas con alta preparación en el tema, se adquieren y distribuyen a lo largo del país equipos especializados para control de incendios y se monitorea la situación de posibles riesgos.

El personal especializado estudia las posibilidades de extensión del incendio y las dificultades para operar los recursos disponibles de atención y combate.

Especialistas del fuego

México cuenta con un gran equipo de personas trabajando todos los días, desde su trinchera, en la prevención, control y combate de incendios forestales, tanto, que su estructura sirve de ejemplo y apoyo a otros países.

Predicen el comportamiento de los incendios tomando en cuenta los combustibles forestales, la topografía y el tiempo atmosférico, este último es el más fluctuante. Por eso, monitorean diariamente el clima como un marco de referencia para la toma de decisiones.

Otros factores que consideran son las áreas de riesgo y la experiencia del personal técnico, a fin de realizar una estrategia rápida de combate.

Además, se cuenta con brigadas de combatientes en cada entidad, centros estatales, seis centros regionales de manejo de fuego, torres de vigilancia y una capacitación constante para los combatientes que tiene como objetivo primordial salvaguardar la seguridad personal y reducir el impacto ambiental de los incendios forestales.