Con el objetivo de evitar la degradación ambiental y contribuir a la disminución de la pobreza rural mediante la restauración del territorio y la inclusión productiva, la planificación del programa Sembrando Vida se fundamenta en la agricultura orgánica, con un interés particular en la recuperación y conservación de cultivos nativos.

La iniciativa busca la recuperación del campo y de la biodiversidad de manera integral, con el cumplimiento de sus principios de conservación en el proceso, desde la validación de terrenos que contribuyan a la regeneración territorial, como son los potreros, parcelas que cultiven la milpa, y acahuales bajos, hasta evitar aquellos que propicien la deforestación o degradación de la tierra.

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El proceso de producción de las plantas juega un papel muy importante para que esos objetivos sean cumplidos, centrando su cultivo entre viveros comunitarios, construidos y gestionados por las Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC), viveros militares pertenecientes a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) y viveros comerciales.

El proceso de selección de semillas dentro de los viveros militares, incluidos entre los más aptos para la producción en las comunidades rurales, busca la inclusión de árboles procedentes de las regiones particulares donde se trabaja, procurando, de esta manera, cultivos adecuados para cada terreno.

Además, se promueve la adquisición de plantas nativas y se descarta la utilización de transgénicos, recuperando formas tradicionales y alternativas de producción respetuosas del medio ambiente, de la misma manera que impulsa la diversificación de los cultivos con la finalidad de fortalecer la autosuficiencia alimentaria de las comunidades y también la posibilidad de ampliar sus ingresos dotando de valor agregado a sus productos.

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El rescate de los procesos de siembra tradicionales, propios de cada comunidad, adquiere gran importancia en la producción de los viveros comunitarios, donde se incluirán cultivos como el café, cacao, canela y pimienta gorda. Dentro de estos, el respeto a los conocimientos y la revalorización de la sabiduría campesina son prioritarios, en conjunto con el aprendizaje que se construye gracias al intercambio de saberes y el diálogo dentro de las Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC). En este sentido, resulta primordial la selección de plantas originarias de cada territorio y el reconocimiento de las mismas por la gente.

En el caso de los viveros comerciales, la selección de plantas lleva también un procedimiento de validación y control de las especies, su procedencia y capacidad de adaptación a los territorios, asegurándose de que los productos estén certificados y producidos de acuerdo a los lineamientos del programa.

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Tanto la diversificación de cultivos como la adecuación de los mismos a las comunidades se ven reflejadas en la producción a través de Sistemas Agroforestales (SAF), donde las combinaciones de cultivos dependen del tipo de suelo, el clima e incluso la cultura de cada territorio, y en el impulso de la Milpa Intercalada con Árboles Frutales (MIAF), que no se abstiene del respeto a distintas tradiciones como la milpa maya, con gran valor para los productores yucatecos.

Sembrando Vida busca revalorar el conocimiento de la gente, procurando respetar sus espacios y costumbres cotidianas, tanto en un sentido productivo como social. El rescate de los cultivos nativos y las tradiciones indígenas y campesinas, es la base sobre la que se erige todo el proceso y la toma de decisiones, fomentando la sensibilidad ante temas medioambientales, así como el aprendizaje de técnicas y prácticas que fortalezcan el campo mexicano.