Desde el inicio de sus funciones en marzo de 2015, la ASEA ha tenido bajo su mando la supervisión de las actividades que conforman la cadena de valor del sector de los hidrocarburos, es decir: la exploración, perforación, producción, transformación industrial, transporte, almacenamiento, distribución y expendio al público.

La realización de este objetivo obliga a pensar fuera del esquema tradicional de las instituciones. Por ello, ASEA opera bajo un modelo de gestión del riesgo que incluye las siguientes premisas:

  • Obligación de los regulados de operar bajo sistemas de administración de la seguridad industrial y la protección ambiental.
  • Obligación de contar con las garantías necesarias para asegurar su responsabilidad financiera frente a posibles accidentes.
  • La emisión de regulación técnica orientada por objetivos, en vez de prescriptiva.
  • La aplicación de una política jurídica que privilegie el desempeño por encima del castigo, y
  • El despliegue de programas de inspección basada en riesgo que permitan optimizar los recursos de inspección del estado y complementarlos con terceros.

Este modelo permite optimizar los recursos financieros y humanos, y privilegia el desarrollo de una cultura de seguridad industrial y protección al medio ambiente en el que la regulación basada en el desempeño y la observancia de las mejores prácticas internacionales son fundamentales.