El próximo 28 de marzo se celebrará en Costa Rica la XVI Cumbre de Tuxtla, en la que jefes de estado de los 7 países de Centroamérica, México, Colombia y República Dominicana se reunirán, como ya es tradición, para compartir retos, proponer soluciones y celebrar los logros que se hemos alcanzado en la colectividad de la identidad mesoamericana.

El origen de este encuentro es, como su nombre lo indica, la Reunión Cumbre realizada en Tuxtla Gutiérrez, México, en 1991; donde se sembró la semilla para construir un espacio de diálogo político dedicado a reflexionar y crear mecanismos que posibilitaran la integración regional y el desarrollo compartido.

Desde entonces, México, de manera activa y propositiva ha sido un motor incansable que, por un lado promueve la amistad entre naciones, propiciada por los vínculos culturales, geográficos y económicos; y  por otro, celebra la riqueza de las particularidades que hacen de cada país, una experiencia única de desarrollo y una fuente de conocimientos complementarios para la región.

A través de Proyecto Mesoamérica, mecanismo de cooperación regional, México ha promovido importantes iniciativas que no sólo diluyen fronteras, también capitalizan las posibilidades que ofrece la unión de 10 países y el libre flujo entre ellos. Esto con el propósito de mejorar la calidad de vida de los habitantes de la región a través del fortalecimiento de políticas públicas y el intercambio de experiencias y conocimientos y la articulación de recursos, en especial, para crear infraestructura sobre la que florece el desarrollo.

Abrimos camino estableciendo una red carretera que creara nuevas posibilidades de movilidad, comercio y turismo, entre y dentro de los países.  Así se creó la Red Internacional de Carreteras Mesoamericanas (RICAM) con la meta de modernizar 13,149 kilómetros de carreteras a través de dos corredores troncales (Pacífico y Atlántico). A la fecha se ha alcanzado un 72.6% de avance en la modernización del Corredor Pacífico que conecta de Puebla a Panamá, por donde transitan el 95% de las mercancías de la región.

Una vez creada esta gran carretera había que salvaguardar el tránsito de personas y mercancía, sobre ella. Para apoyar este fin se creó el Sistema de Información Georreferenciado (SIG), oferta de cooperación de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) de México, que busca ofrecer información confiable y oportuna acerca de las características topográficas del territorio para facilitar la toma de decisiones de los países en cuestiones de infraestructura.

La movilidad territorial propició dar un paso más y trabajar en la facilitación comercial que promueva la competitividad mediante el establecimiento de marcos legales regionales que hagan el intercambio de bienes y servicios entre los países, más rápido y sencillo. Para apoyar este proceso, AMEXCID y USAID lanzaron un proyecto de cooperación triangular, en beneficio de Centroamérica, que impulsa la gestión coordinada de fronteras a través de una serie de talleres que se llevarán a cabo a lo largo de este año.

En este espacio corre el Sistema de Interconexión Eléctrica para América Central (SIEPAC), un proyecto en el que participa la CFE de México que actualmente conecta desde Guatemala hasta Panamá. Para integrar a México a este gran Mercado Eléctrico Regional se creó la Comisión de Interconexión Eléctrica entre México y SIEPAC, con la finalidad de analizar distintas opciones que permitan el flujo de energía eléctrica entre el mercado mexicano y el centroamericano. En esta materia también se aprobó el  Programa Mesoamericano de Uso Racional y Eficiente de Energía (PMUREE), iniciativa que tiene como objetivo formular planes y programas nacionales y regionales para la elaboración e instrumentación de proyectos interdisciplinarios e interinstitucionales en materia de eficiencia energética.

Uno de los grandes riesgos que enfrenta la región, es la vulnerabilidad ante los desastres naturales. Por eso, con la experiencia de la CENAPRED de México, se creó la Red Mesoamericana para la Gestión Integral del Riesgo (RM-GIR), una plataforma que permitirá intercambiar información entre los países para facilitar su toma de decisiones ante la emergencia de un fenómeno natural. Esta red se podrá utilizar de manera preventiva para evitar que se arriesguen vidas y reducir las pérdidas económicas en la región. 

Además, con el objetivo de contrarrestar el cambio climático y  fortalecer el manejo sostenible de los bosques en Mesoamérica, México compartió con la región sus mejores prácticas en materia forestal a través de la construcción del Centro de Excelencia Virtual de Monitoreo Forestal en Mesoamérica. Esta plataforma colaborativa, digital ayudará a los países de la región a desarrollar sus propios Sistemas Nacionales de Monitoreo Forestal y prevenir o disminuir los riesgos provocados por los desastres climáticos mediante la generación de información útil para monitorear y ajustar las políticas públicas de los países.

Ninguna de estas iniciativas puede rendir frutos si no se aseguran las condiciones mínimas de vida para todos nuestros habitantes. Por eso, México promovió la seguridad alimentaria como la novena línea de acción de Proyecto Mesoamérica e impulsó, junto con la FAO, el funcionamiento de Mesoamérica sin Hambre en los 10 países de la región. Este proyecto busca erradicar el hambre en la región a través de acciones concretar que promueven políticas públicas en seguridad alimentaria y nutricional (SAN) e impulsan el desarrollo de la agricultura familiar.

Estos serán algunos de los temas que los jefes de estado de las 10 naciones de Mesoamérica, abordarán  en la XVI Cumbre de Tuxtla. Estos son los elementos con los que día a día se escribe la historia de prosperidad, paz y desarrollo que han caracterizado a una región cuya fortaleza y competitividad está en el valor de las tradiciones compartidas y diferencias complementarias que resultan de nuestra integración.