La Cooperación Triangular para la Gestión de riesgo por inundación en Malawi entre México-Países Bajos-Malawi se trata de un proyecto sin precedente, que surgió a partir del compromiso con la promoción al desarrollo de los gobiernos de Malawi, México y Países Bajos, países geográficamente distantes, con niveles de desarrollo distintos y contextos culturales diferentes.

El origen de esta iniciativa es poco común, hace sólo dos años los vínculos entre estos tres países se circunscribían al ámbito bilateral, y fue en el marco de la Alianza Global para la Eficacia al Desarrollo (AGCED) en la que los tres presidentes comparten la Co-presidencia, que los representantes de  los países referidos expresaron su voluntad de sumar esfuerzos en una iniciativa de cooperación triangular inspirada en los principios de la cooperación eficaz al desarrollo.

A partir de ese momento, diversas instancias de los tres países, nos dimos a la tarea de definir la implementación de la nueva iniciativa. De esta forma comenzamos el diálogo permanente que hasta la fecha tenemos y el cual ha sido una pieza clave para encontrar soluciones, definir acciones y lograr una buena ejecución del proyecto.

El ámbito de colaboración se definió con base en un documento de diagnóstico elaborado por el gobierno de Malawi, en el que se presentó la problemática que enfrenta ese país para el manejo de inundaciones y en el que se destacaron los terribles efectos ocasionados por las  precipitaciones de enero de 2015, predominantemente en la región sur de Malawi: 1,101,364 afectados, 230 mil desplazados  y 106 defunciones en 15 de los 28 distritos del país africano, también provocó daños serios a la infraestructura pública, viviendas, y pérdidas de cosechas y ganado.

Una vez identificada la demanda de cooperación, expertos de los tres países particiciparon en una misión de diagnóstico en Malawi del 17 al 20 de agosto de 2015, en la que se definieron los términos de referencia del proyecto. Por parte de México, la AMEXCID apoyó la participación del Dr. José Agustín Breña Naranjo, del Institutito de Ingeniería de la UNAM.

Como resultado de esta visita, el 4 de septiembre de 2015, la Secretaria de Relaciones Exteriores de México, Claudia Ruiz Massieu, la Ministra de Comercio Exterior y Cooperación para el Desarrollo de Países Bajos, Lilianne Ploumen, y el Ministro de Finanzas, Planificación Económica y Desarrollo de Malawi, Goodall Edward Gondwe, suscribieron la Carta de Intención para la implementación del Proyecto Conjunto de Cooperación para el manejo de riesgo por inundación en Malawi.

De esta manera, inició formalmente este proyecto, cuyo objetivo consiste en generar  capacidades en el gobierno de Malawi para la prevención de desastres ocasionados por inundaciones en las regiones de Lufilya, Lago Chilwa y Linthipe. La iniciativa promueve la participación de múltiples actores, incluyendo, en el caso de México, al sector académico a través del Instituto de Ingeniería de la UNAM, al sector gubernamental con la intervención de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) por conducto de la AMEXCID y de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA).

En la primera fase, que inició en septiembre de 2015, se desarrollaron tres líneas de acción: caracterización de las inundaciones, evaluación del impacto de las inundaciones y sequías, y la instalación de un sistema de alerta temprana de inundaciones, las cuales fueron desarrolladas mediante dos talleres de intercambio de experiencias, elaboración conjunta de información entre las partes técnicas y por lo menos dos teleconferencias mensuales.

En el primer taller que tuvo lugar en Zomba, Malawi del 18 al 30 de noviembre de 2015, expertos de los tres países instalaron un sistema desarrollado por técnicos neerlandeses para la alerta temprana de riesgo por inundación en el lago Chilwa y  se capacitó a más de 20 funcionarios y técnicos de Malalawi  a fin de que estuvieran mejor preparados para la temporada de lluvias de diciembre de 2015 a febrero de 2016.

Posteriormente, la AMEXCID coordinó y auspició el segundo taller realizado en la Ciudad de México del 27 de junio al 1 de julio del año en curso, en el cual, expertos de Malawi, México y Paises Bajos evaluaron de forma positiva los resultados del Sistema de Alerta Temprana: ya no se resportaron daños graves provocados por las lluvias y el sistema  permitió por primera vez  la coordinación integral para el manejo de riesgo por inundación entre las instituciones gubernamentales de ese país. Asimismo, instituciones mexicanas compartieron su experiencia y buenas prácticas en el manejo de sequías,  sistemas de alerta temprana y prevención de desastres ocasionados por fenómenos naturales; lo cual se complementó  con visitas gestionadas por la AMEXCID al Servicio Meteorológico Nacional, al Centro Nacional de Prevención de Desastres y al Túnel Emisor Oriente. Otro aspecto relevante de este taller fue la realización de una videoconferencia con la oficina de Banco Mundial en Malawi para conversar sobre los avances del proyecto e identificar posibles sinergias.

Durante el mes julio, los técnicos de los tres países elaboraron la hoja de ruta del proyecto, la cual fue presentada por funcionarios del Ministerio de Agricultura, Irrigación y Agua de Malawi  a la Representación de Banco Mundial en ese país para explorar la realización de actividades conjuntas y posibles fuentes de financiamiento adicional.

Como se aprecia, la cooperación entre los tres países se ha ido construyendo y perfeccionando de manera ininterrumpida sobre la marcha. La retroalimentación en ámbitos técnicos en el manejo de recursos hídricos entre las partes involucradas da testimonio de la horizontalidad con la que se instrumenta la iniciativa.

Cabe señalar  que la ejecución del proyecto ha implicado un trabajo importante para todos los involucrados, entre los aspectos gratificantes destacan el compromiso de todas las partes, la obtención de resultados concretos a pesar de ser un proyecto relativamente nuevo y el cúmulo de lecciones aprendidas para los tres países.

Como componentes clave para el éxito de la iniciativa sobresalen la buena comunicación, el entendimiento, la flexibilidad, la adaptación y la corresponsabilidad demostrada por todos los actores. Uno de los aspectos más satisfactorios es ver la incidencia del trabajo conjunto en un país con escasos recursos, el cual no cuenta con una infraestructura mínima para la prevención de desastres.Las muestras de agradecimiento de las autoridades de Malawi y sus testimonios sobre el impacto generado, indican que nuestra labor tiene un propósito tangible, que es “cambiar realidades”.

 

Por lo que se refiere a nuestra participación directa en el proyecto, ha sido un reto la coordinación y apoyo logístico tomando en cuenta la diferencia de horarios entre los países, los recortes presupuestales en la AMEXCID[MJA1] , las limitaciones tecnologícas para la comunicación virtual, el no contar con Representación diplomática en Malawi, y los requisitos migratorios para los expertos mexicanos que viajan a Malawi y para los expertos de Malawí que viajan a México. Para la movilidad de expertos hemos realizado gestiones extraordinarias como la entrega de viáticos en el aeropuerto, recuperación de equipaje extraviado y coordinación a distancia con la Embajada de México concurrente.

En particular, el taller en México se realizó con recursos limitados y con largas jornadas de trabajo por la escasez de personal en el área, sin embargo los resultados alcanzados fueron positivos.

En este proyecto, la AMEXCID tiene un papel central como instancia coordinadora y cofinanciadora, lo cual ha contribuido al posicionamiento de la agencia como socio estratégico de cooperación triangular con Países Bajos y al mismo tiempo ha concretado el primer proyecto con Malawi, diversificando nuestra presencia en África.

Por otra parte, la iniciativa fortalece la participación de México como actor con responsabilidad global y contribuye de manera conjunta con otros socios a la implementación de la Agenda 2030 y al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, referentes al mejoramiento de la calidad de agua para el uso de la población y al  combate del cambio climático y sus efectos.

Para concluir, destacamos que más allá de la distancia geográfica y de la diferencia en el nivel de desarrollo de los tres países, este proyecto demuestra que la promoción del desarrollo permite encausar capacidades diferentes para atender las necesidades de terceros países. Es un claro ejemplo de que no existe una formula única para la instrumentación de proyectos de cooperación triangular exitosos, ya que mucho depende de la formuación adecuada, la buena comunicación y del compromiso de las partes involucradas, tanto para contribuir en la ejecución, y para solucionar de manera conjunta los retos que se presenten.

Por: Laura García Querol y Laura Galindo García