Todas las personas tenemos derecho a una alimentación adecuada. Las Naciones Unidas a través del segundo Objetivo de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, ha hecho un llamado universal a impulsar acciones y programas con un propósito: erradicar el hambre.

Respondiendo a este llamado, México, a través de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID),  y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), crearon el programa de Cooperación Sur Sur y Triangular: Mesoamérica Sin Hambre (MsH). Iniciativa que desde 2015 forma parte del mecanismo regional Proyecto Mesoamérica como novena línea de acción, con el objetivo de contribuir a la erradicación del hambre en los países: Belice, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y República Dominicana.

Este programa tiene el compromiso de apoyar la formulación y ejecución de proyectos de cooperación nacional y regional, para implementar iniciativas que fortalezcan los marcos institucionales, promuevan políticas públicas en seguridad alimentaria y nutricional (SAN) e impulsen el desarrollo de la agricultura familiar.

Para lograr este gran reto, MsH cuenta con 9 componentes de cooperación nacional y un componente regional. En el marco de los componentes nacionales, la FAO y cada uno de los países identifican áreas de oportunidad para la cooperación y desarrollan un plan de trabajo conjunto para contribuir a la lucha contra el hambre, atendiendo los desafíos de cada país.

El componente de coordinación regional se estructura en 5 áreas operativas:

  • Asistencia técnica de la FAO para cada país
  • Desarrollo de espacios de diálogo y fortalecimiento de capacidades de cada país
  • Gestión del conocimiento y comunicación para el desarrollo
  • Intercambio de experiencias entre países
  • Gestión del programa (incluye mecanismos de evaluación y monitoreo)

En este sentido, MsH pone énfasis en el intercambio de experiencias entre los países y la creación de una comunidad de conocimiento que facilite el acceso a la información, fomente redes de expertos y recopile datos de las actividades realizadas de todos los actores involucrados en la lucha contra el hambre.

Además, la región trabaja hombro con hombro con el Parlamento Latinoamericano y con los Frentes Parlamentarios Contra el Hambre de cada uno de los países para fortalecer los marcos legales y buscar que se garantice el derecho humano a la alimentación adecuada de toda la población.

Actualmente, el programa ha implementado nuevos proyectos para incrementar la resiliencia en Mesoamérica ante los efectos de los periodos de sequía en los países del Corredor Seco Centroamericano. En Colombia, Honduras, Panamá, y República Dominicana, se han implementado proyectos para el manejo sostenible de agua de lluvia para la producción agrícola y ganadera, y consumo humano. Este proyecto se  implementará posteriormente en el Salvador y Costa Rica.

Mesoamérica sin Hambre es una iniciativa que vincula las fortalezas de cada nación e impulsa la organización regional, potencializa las capacidades y promueve los esfuerzos coordinados para el desarrollo de la región.