¿En qué consiste el proyecto Técnicas de análisis, clasificación de voz y expresiones faciales: aplicación a las enfermedades neurológicas en recién nacidos y adultos?

En general lo que tratamos de hacer son sistemas computacionales que de forma automática puedan hacer el diagnóstico de algunas patologías en los bebés utilizando su llanto. El llanto lo tomamos como si fuera la voz de los bebés y por medio de su análisis exploramos si es posible detectar patologías en edad temprana sin necesidad de hacer diagnósticos médicos más exhaustivos e intrusivos.

¿Cómo llegaron a la conclusión de utilizar el llanto de los bebés y las expresiones faciales como referente para este diagnóstico?

En primer lugar el llanto del bebé es el medio que utilizamos como comunicación desde el momento que nacemos. Por otro lado, el llanto está regulado por el sistema nervioso central, cualquier afectación en este sistema se ve reflejado en el llanto, por lo tanto si hay una patología se debe de reflejar directamente en la onda sonora, y eso es lo que nosotros tratamos de extraer con los métodos que usamos, analizando las características acústicas para tratar de hacer una identificación de patologías. En el caso de las expresiones faciales, tratamos de asociar la forma en la que están reaccionando o haciendo gestos debido a alguna complicación o posible problema neurológico.

¿Cuál es el valor agregado de trabajar en conjunto con una institución italiana?

Nosotros tenemos doble ganancia ya que somos un equipo interdisciplinario, en el grupo mexicano somos computólogos y en el grupo italiano son ingenieros en biomédica. Por otra parte en Italia hay mucho interés de estudiar el llanto de los bebés y en México no existe, por eso este intercambio de experiencias ha sido de gran ayuda para continuar nuestra línea de investigación, no sólo en llanto, sino en la voz y en el análisis del movimiento y expresiones faciales desde el punto de vista biomédico.

¿Cómo ha sido la interacción con los investigadores italianos?

Ha sido muy cordial, muy profesional, el comportamiento en todo momento de ellos para nosotros ha sido de mucha atención, toman con mucha seriedad lo que estamos haciendo, y como grupo ha dado muchos frutos. Ya hemos graduado a cuatro estudiantes de doctorado y eso demuestra que se han aprovechado las posibilidades que el mismo proyecto ha dado.

¿Qué se espera conseguir con este proyecto?

Nos gustaría tener una interface de diagnóstico que pueda ser usada en un celular o dispositivos móviles. También queremos generar algo muy práctico que se pueda utilizar en clínicas rurales para dar un diagnóstico previo y canalizar a los bebés que presenten algunas anomalías al lugar correcto. Otro tema interesante es incluir en el proyecto, además de las patologías, el estado anímico de los bebés, para lo cual nos sirve mucho el análisis de expresiones faciales, en este sentido estamos explorando una parte que se llama “movimientos generales”.

¿Cómo contribuye este proyecto al desarrollo en México y/o Italia?

Si podemos ayudar a que las patologías puedan ser detectadas en las etapas más tempranas, sería un gran apoyo para los servicios de salud de ambos países. Aparte hay que resaltar que son medios de detección de enfermedad muy económicos.

¿Cuál ha sido el rol de la AMEXCID en la articulación de este proyecto?

Hasta el momento, ha permitido que este proyecto continúe. La AMEXCID nos permite tener el contacto directo con Italia y la movilidad de los investigadores.

¿Existe alguna relación del proyecto con otras investigaciones que se realicen en la institución donde colabora actualmente?

En algunas de las propuestas nuevas queremos explorar el uso de ondas de los electroencefalogramas, aún no pertenecen al proyecto de la AMEXCID pero es posible que sean parte de la nueva convocatoria.

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