“El constante caos generado por los militares y eclesiásticos —señala Emilio O. Rabasa—, desprestigió el régimen federal, encaminando a la república al constitucionalismo centralista”.

El primer paso que se dio en ese sentido fue atacar las leyes liberales impulsadas por Valentín Gómez Farías. El 25 de mayo de 1834, los conservadores —al grito de ¡Religión y fueros!—, difundieron el Acta del Plan de Pronunciamiento de la Villa de Cuernavaca.

En enero de 1835 inició sesiones la VI legislatura —cuyos miembros eran en su mayoría conservadores—, cuya tarea consistió en revisar lo hecho por sus antecesores y expedir, el 28 de febrero, una ley por la que se desconoció la autoridad del vicepresidente, Valentín Gómez Farías, cesándolo de sus funciones.

En septiembre de 1835, el Congreso de la VI legislatura —violando las disposiciones de la Carta Magna de 1824—, se declaró Congreso Constituyente, investido para modificar la forma de gobierno. El 23 de octubre de ese mismo año expidió las Bases para la nueva Constitución, lo que derivó en las Siete Leyes o Constitución de régimen centralista.

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La primera de las siete leyes se promulgó el 15 de diciembre de 1835. Las seis restantes fueron aprobadas sucesivamente. La Constitución centralista se terminó el 6 y se promulgó el 29 de diciembre de 1836. Con ésta se pensó que se resolverían los problemas de la nación. Sin embargo, la realidad fue muy diferente: el sistema centralista motivó a Texas y a otras regiones, como Yucatán, a declarar su independencia.

En enero de 1839, Santa Anna regresó a la Presidencia de la República y de inmediato envió al Congreso un proyecto de iniciativa de reformas constitucionales. El 28 de septiembre de 1841 se proclamaron las Bases de Tacubaya, con el objetivo de derrocar al presidente Anastasio Bustamante y desconocer a los cuatro poderes constitucionales del gobierno centralista. El 11 de diciembre de 1842, los habitantes de Huejotzingo, Puebla, se pronunciaron, desconociendo al Congreso Constituyente. Ocho días después, el gobierno expidió un decreto que facultó al gobierno para nombrar una junta de notables para que formaran las bases que organizaran a la nación. Y el 6 de enero de 1843 quedó formalmente instalada la Junta Nacional Legislativa.

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El 12 de junio de 1843 se sancionaron las Bases Orgánicas de la República Mexicana (202 artículos y XI títulos); y el 22 se publicaron. Ahí reiteraron la independencia de la nación y la organización en república centralista; se conservó la división territorial establecida en 1836, se suprimió al Supremo Poder Conservador —creado en 1836, cuya finalidad era fungir como mediador entre los demás poderes y con suficiente poder para vetar leyes—; se declaró que el país profesaba y protegía la religión católica; y se condicionó la ciudadanía a la percepción de una renta anual.

Las Bases Orgánicas robustecieron los principios conservadores signados en 1836. No obstante, Mariano Paredes y Arrillaga lanzó, el 14 de diciembre de 1845, el Plan de San Luis, que destituyó al presidente José Joaquín Herrera y convocó a un Congreso Extraordinario.

José Antonio Aguilar Rivera, investigador del CIDE, comenta que el Plan formó parte de una conspiración encabezada por Lucas Alamán, entre otros, para instaurar una monarquía constitucional en México.

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El 4 de agosto de 1846 —tres años después de publicadas las Bases—, Mariano Salas y Valentín Gómez Farías proclamaron el Plan de la Ciudadela, convocando a un Congreso con representantes nombrados popularmente; además de excluir la forma de gobierno monárquica y proponer el regreso de Santa Anna. El Congreso congregado el 6 de diciembre de 1846, cargó sobre sí la difícil situación del país; y a él concurrieron personajes de la talla de Mariano Otero, Manuel Crescencio Rejón, Valentín Gómez Farías y Benito Juárez.

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Algunos datos sobre el periodo centralista son:

  • Antonio López de Santa Anna asumió once veces la Presidencia de la República.
  • Santa Anna vivió desterrado en Cuba, Saint Thomas y Estados Unidos. Murió el 20 de junio de 1876, en la Ciudad de México.
  • En 1935, al disolverse las legislaturas de los estados, se inauguró la etapa centralista.
  • Las Siete Leyes, señalan, a grandes rasgos:
    • Primera: Promulgada el 15 de diciembre de 1835, contenía 15 artículos y se refería a los Derechos y obligaciones de los mexicanos y habitantes de la República.
    • Segunda: Compuesta de 23 artículos, fue toda una innovación, pues contempló la creación del Supremo Poder Conservador.
    • Tercera: Contenía 58 disposiciones y trataba sobre el Poder Legislativo.
    • Cuarta: Con 34 artículos, se refirió a la organización del Supremo Poder Ejecutivo,
    • Quinta: Incluía 51 puntos que trataban sobre el Poder Judicial de la República mexicana.
    • Sexta: En 31 artículos se abordó la División del territorio de la República y gobierno interior de sus pueblos. Y se estableció que la República se dividiría en departamentos.
    • Séptima: Con 6 artículos y 8 transitorios, estipuló que en seis años no se le podrían hacer modificaciones a la Constitución.
  • En la Declaración del pueblo de Tejas, fechada el 17 de noviembre de 1835, se determinó que en virtud de haberse disuelto por la fuerza a las instituciones federales de México, el pueblo de Tejas tomaba las armas en defensa de sus derechos, libertades y de los principios republicanos de la Constitución federal de México de 1824.
  • Diecinueve gobiernos diferentes se sucedieron a partir de 1834 y hasta 1846.
  • El Tratado de Paz y Amistad suscrito el 28 de diciembre de 1836, entre nuestro país y España; y publicado el 2 de mayo de 1837, reconoció a México como nación libre, soberana e independiente.
  • El 30 de noviembre de 1838, se publicó una ley por la que se declaró que la nación se encontraba en estado de guerra con el gobierno francés; y el 9 de marzo de 1839 se firmó el tratado de paz. Esto a causa de la reclamaciones de indemnizaciones sobre daños causados a establecimientos de franceses radicados en México, durante los disturbios provocados por la reducción de la moneda de cobre, decretada el 8 de marzo de 1837.
  • En 1940 Yucatán intentó independizarse. En 1941 se instaló el Congreso Constituyente del Estado y en marzo se publicó la Constitución Política yucateca, donde aparecen, por vez primera, el juicio de amparo y la libertad de cultos.
  • Las tensiones internas del país se agudizaron y surgieron de nuevo las ideas monárquicas. El propio Santa Anna manifestó a los gobiernos de Inglaterra y Francia su convicción de que el restablecimiento de una monarquía constitucional traería estabilidad al país.
  • En abril de 1846, el gobierno estadounidense inició la invasión a México. El conflicto llegó a su fin con la firma del Tratado de Guadalupe-Hidalgo en 1848.

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