La guerra con Estados Unidos, finalizada el 2 de febrero de 1848, tuvo como desenlace la pérdida de más de la mitad del territorio mexicano, situación que no amainó el descontrol político y social que el país experimentaba desde que logró su independencia. Los levantamientos para imponer determinada forma de organización se sucedieron uno tras otro. El más importante de ellos ocurrió en 1852, con el Plan de Guadalajara, que sostuvo la soberanía de los estados y el régimen federal, sin embargo en su 8° artículo estipuló: “La nación invita al general Antonio L. de Santa Anna para que regrese al territorio de la República, para que coopere al sostenimiento del sistema federal y al restablecimiento del orden y la paz”.

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Misma invitación realizó Lucas Alamán, pero para que Santa Anna regresara al país a encabezar un régimen conservador. Para ello emitió las Bases para la administración de la República, hasta la promulgación de la Constitución. El régimen de Santa Anna pronto derivó en una dictadura que en “lugar de un gobierno, el general montó un inmenso carnaval”, autoritario y despótico.

Esto trajo como consecuencia que el 1 de marzo de 1854, en el pueblo de Ayutla, Guerrero, Juan Álvarez e Ignacio Comonfort emitieran el Plan de Ayutla, reformado el 11 de marzo en Acapulco, en el cual se desconoció al gobierno de Santa Anna y se convocó a la formación de un consejo, con representantes de cada uno de los estados o territorios, para que designara a un presidente interino y éste a su vez llamara a un Congreso Extraordinario, “el cual se ocupará exclusivamente de constituir a la nación bajo la forma de República representativa, popular”. A éste se adhirieron Ponciano Arriaga, Melchor Ocampo, Benito Juárez y otros liberales de reputado nombre, dando inicio a la Revolución de Ayutla.

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En agosto de 1855, triunfó la revolución y Santa Anna partió al exilio. Comenzó la época liberal encabezada por la Generación de la Reforma, que consolidaría su proyecto de nación. El 16 de octubre de 1855 se expidió la convocatoria al Congreso Constituyente, prevista en el Plan de Ayutla. El Congreso se reunió el 17 de febrero de 1856 y abrió sesiones al día siguiente; un año después, el 5 de febrero de 1857 se promulgó la Constitución y el 16 de septiembre entró en vigor.

Entre 1855 y 1857 el gobierno provisional expidió tres leyes de gran trascendencia: Ley Lerdo, Ley Iglesias y Ley Juárez. Esta última fue la primera en promulgarse un 22 de noviembre de 1855 con el nombre: Ley Sobre Administración de Justicia y Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios; la segunda de ellas, la Ley de Desamortización de fincas rústicas y urbanas propiedad de corporaciones civiles y eclesiásticas fue emitida el 25 de junio de 1856; y el 11 de abril de 1857 se promulgó la Ley sobre derechos y obvenciones parroquiales.

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Las ideas que orientaron la Constitución de 1857 se pueden sintetizar en la creación de una nación con una forma de gobierno republicana representativa, democrática, federal, compuesta de Estados libres y soberanos; dejó atrás el bicameralismo y se instauró el unicameralismo; se ratificó que la división de poderes es tripartita, tanto en el ámbito federal como en los estados; se creó un poder judicial como moderador entre la federación y los estados; y se sancionaron los derechos individuales, así como la garantía del juicio de amparo.

El 17 de diciembre, tres meses después de entrar en vigor la Constitución, se promulgó el Plan de Tacubaya, declarando que la Constitución dejaba de regir en el país. Este momento marcó el inicio, oficial, de un periodo de conflictos que desangró al país durante una década, el cual finalizó el 19 de junio de 1867, al ser ejecutados Maximiliano de Habsburgo, Miguel Miramón y Tomás Mejía en el Cerro de las Campanas. Con el triunfo del ejército liberal se restauró la República.

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Algunos datos sobre la Constitución de 1857:

  • El primer intento por separar el Estado y la Iglesia se hizo en 1833, con las reformas liberales de Valentín Gómez Farías.
  • Los principios del Plan de Ayutla fueron incorporados y ampliados en el Estatuto Orgánico Provisional de la República Mexicana, del 15 de mayo de 1856.
  • La Constitución de 1857 consta de 8 títulos, 9 secciones, 4 párrafos y 128 artículos.
  • A pesar de que Ignacio Comonfort secundó la revolución liberal de Ayutla, apoyó el Plan de Tacubaya, proclamado por Félix María Zuluaga, que desconoció la Constitución de 1857.
  • La Constitución de 1857 fue jurada “En nombre de Dios y con la autoridad del pueblo mexicano”, pero en ella se omitió la disposición que establecía a la religión católica como la única tolerable dentro del Estado.
  • Durante su vigencia, la Constitución fue adicionada o modificada por 34 Decretos de Reforma Constitucional.

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