Forjado dentro de una familia militar conoció los males que trae consigo los pronunciamientos militares; pues su padre José María Calderón (1780-1834) combatió diversos cuartelazos durante aquellos primeros años de la naciente patria mexicana, llegando a considerar que el verdadero problema de México lo constituía la injerencia política de personajes como Antonio López de Santa Anna, de ahí que durante el periodo de la Revolución de Ayutla José María Iglesias se sumó a las fuerzas liberales para combatir la dictadura de Santa Anna, tal como lo había hecho su padre en 1832.

Con amplios conocimientos en el campo de la jurisprudencia trabajó en la llamada Ley sobre derechos y obvenciones parroquiales promulgada el 11 de abril de 1857 o también conocida como Ley Iglesias en honor a su creador, la cual prohibía el cobro de derechos y obvenciones parroquiales y diezmo a las clases pobres, lo que denota su formación liberal destinada a restar poder a la Iglesia y defender las garantías de los ciudadanos mexicanos.

Durante los años más difíciles de la República Mexicana ante la invasión francesa y la imposición de un gobierno extranjero con la instauración del Segundo Imperio encabezado por Maximiliano de Habsburgo, dirigió junto con Benito Juárez la resistencia y la lucha por la segunda independencia de México.

Desde el campamento de la resistencia escribió a sus más cercanos amigos y familiares sobre el avance de los liberales y el reconocimiento que recibía el gobierno de Juárez por parte de otras naciones, en una de sus cartas a su esposa vaticinó el triunfo de las armas republicanas sobre los blasones extranjeros.

Una vez sellada la victoria sobre el emperador Maximiliano, Iglesias formó parte de esa comitiva que encabezada por Benito Juárez entró triunfal a la Ciudad de México, marcando con ello la imagen del inicio de la restauración de la República, lo que dio paso a la conformación de un Estado fuerte que culminó el proceso de las leyes de reforma que finalmente fueron incluidas dentro de la Constitución Política de 1857.

Durante el gobierno del entonces presidente Sebastián Lerdo de Tejada, José María Iglesias ocupó el cargo de presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Aquel periodo culminaría con el proceso de la reelección de Sebastián Lerdo de Tejada, lo cual llevaría a una nueva lucha por el poder Ejecutivo entre Lerdo de Tejada, José María Iglesias y Porfirio Díaz, siendo este último quien a través del pronunciamiento militar obligó al presidente Lerdo a demitir de su cargo y marchar al exilio.

Las riendas de la nación quedaron en manos del general Díaz y el abogado Iglesias; pues ambos justificaban su respectivo reconocimiento como presidentes de la República Mexicana, uno por la fuerza de los hechos de facto mientras que el otro por derecho de iure. La ventaja al final sería para el general Díaz que fue sumando más adeptos al Plan de Tuxtepec, siendo violada la vía de la legalidad que defendió hasta el último momento José María Iglesias, quien se vio obligado a salir del país para salvaguardar su vida.

Tiempo después y una vez consolidado el régimen político del dictador Porfirio Díaz, regresaría Iglesias a la nación mexicana. Sin interés alguno de inmiscuirse en cuestiones políticas se dedicó al trabajo intelectual de la historia, dejando originales borradores como El estudio de la historia, mismo que se preserva en el Archivo General de la Nación.

En relación con el fondo documental Fernando Iglesias Calderón, se debe señalar que comprende más de 150 años de historia de México, ya que esta colección se compone de los archivos de tres generaciones: Fernando Iglesias Calderón (1856-1942), José María Iglesias (1823-1891) y José María Calderón (1780-1834). Por lo cual, los usuarios podrán encontrar documentos relacionados al proceso de la Independencia de México; al Primer Imperio Mexicano; a la conformación de la Primera República Federal; a la Guerra de Reforma; la etapa del Segundo Imperio Mexicano; la República Restaurada; el Porfiriato y la Revolución Mexicana. Desde otro punto de vista de investigación, el Fondo Fernando Iglesias Calderón permite a los investigadores tener acceso a la vida de este personaje; pues contiene archivos particulares, incluyendo correspondencia familiar y oficial.