Con la firma de los Tratados de Teoloyucan el 13 de agosto de 1914, se coronó la victoria de los ejércitos revolucionarios sobre el Ejército Federal. Después de que la maquinaria porfirista se derrumbó por completo, en 1914, la revolución alcanzó su punto más álgido e inició una lucha entre las diferentes facciones revolucionarias. Los triunfadores estaban representados por tres fuerzas que se dieron cita en Aguascalientes con el propósito de definir un programa de reformas para pacificar el país y constituir un gobierno.

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En Aguascalientes, se reunió una convención de revolucionarios y se declaró soberana; además decidió separar del poder a los tres principales caudillos: Carranza y Villa de manera inmediata, y a Zapata en cuanto se integrara. Mas Carranza no reconoció la Convención y decidió hacerle frente, lo que provocó que surgieran dos bandos: los convencionistas y los constitucionalistas. Carranza dejó la ciudad de México y se trasladó, con su gabinete, a Veracruz para preparar su ofensiva contra la recién integrada Convención; dejando la ciudad a merced de Villa y Zapata.

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Los zapatistas entraron a la capital del país el 25 de noviembre de 1914. Tres días más tarde los villista hicieron su arribo. El 4 de diciembre, a las doce y media del día, los jefes de los ejércitos populares del norte y del sur, Francisco Villa y Emiliano Zapata, se reunieron en Xochimilco, se entrevistaron y establecieron una alianza. El diálogo, sostenido en Xochimilco, reveló la manera en que los dos caudillos interpretaban la revolución, las tareas que había qué hacer y el papel que ellos tenían. Algunos de los diálogos son muestra de ello:

  • Francisco Villa: Yo muy bien comprendo que la guerra la hacemos nosotros los hombres ignorantes, y la tienen que aprovechar los gabinetes; pero que ya no nos den quehacer.
  • Francisco Serratos (entrevistador): ¿Qué principios van a defender?
  • Francisco Villa: Pues yo creo que a Carranza todavía; pero de Patria no veo nada. Yo me estuve “ensuichado” cuando la Convención; empezaron: que se retire el general Villa y que se retire, y yo dije: yo creo que es bueno retirarse pero es mejor hablar primero con mi general Zapata (…) pues para ese pueblo queremos las tierritas.
  • Emiliano Zapata: le tienen mucho amor a la tierra. Todavía no lo creen cuando se les dice: “esta tierra es tuya”. Creen que es un sueño. Pero luego que hayan visto que otros están sacando productos de estas tierras dirán ellos también: “Voy a pedir mi tierra y voy a sembrar”. Sobre todo ése es el amor que le tiene el pueblo a la tierra. Por lo regular toda la gente de eso se mantiene.

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Entre los asuntos tratados en la reunión, señala el historiador Felipe Ávila, estuvieron: el deslinde con respecto a Carranza y el Constitucionalismo; la identificación de Villa y de Zapata con los problemas y necesidades populares; y el reparto agrario. Ávila resalta que después de la conversación pública, Villa y Zapata pasaron a una reunión privada en que se suscribió un pacto formal entre ambas fuerzas que consistió en:

  • Alianza militar entre la División del Norte y el Ejército Libertador;
  • La División del Norte aceptaba el Plan de Ayala en lo relativo al reparto de tierras, eliminándose los ataques que el plan contenía sobre Madero;
  • La División del Norte proporcionaría elementos militares al Ejército Libertador.

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El 6 de diciembre de 1914, relata Felipe Ávila, “los habitantes de la ciudad de México presenciaron un acontecimiento insólito. Entre maravillados, atónitos y temerosos, vieron marchar por las calles céntricas de la vieja capital a varios miles de hombres armados, muchos de ellos a caballo, en un desfile militar diferente a los que habían visto antes”. Pero qué opinión mereció de parte del bando contrario la unión de Villa y Zapata.

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El Pueblo, diario constitucionalista editado en Veracruz, inició una campaña de desprestigio contra Villa y Zapata cuando se encontraban en la ciudad de México. El tres de diciembre publicó: “La ciudad de México está completamente incomunicada con el resto del país”, el cuatro, cuando se dio la entrevista entre Villa y Zapata, El Pueblo aseguró que Zapata le ofreció la presidencia a Emilio Vázquez Gómez. Después del Pacto de Xochimilco, el periódico constitucionalista no publicó noticia alguna de las actividades de los revolucionarios, sin embargo, continuó descalificando a los villistas, sobre todo a Villa y a Felipe Ángeles, remarcando el origen bandolero del primero y el de ex-federal del segundo, y que existían constantes choques entre villistas y zapatistas, además aseguró que estos últimos saqueaban “la ex-capital del país”. De igual forma aseveró que las filas convencionistas estaban desorganizadas y les auguraba una pronta derrota.

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